Es uno de los actos más simbólicos de este Jueves Santo y de la Semana Santa de Melilla en general.
El Cautivo de Medinaceli liberará esta noche a un nuevo preso del Centro Penitenciario, un hombre que fue condenado por “delitos menores”, según comunicaron desde la hermandad el día de la firma del protocolo de liberación.
Cuando la la procesión del Cautivo avance por Carrera Oficial y se aproxime la Virgen del Rocío hasta protagonizar un bonito encuentro, se iniciará el acto de liberación del preso.
Un hermano de la cofradía irá en taxi a las 21:00 horas a recoger al condenado al Centro Penitenciario. Después se dirigirán hasta el centro de la ciudad, donde aguardarán hasta que se produzca el encuentro entre el Cautivo y su Madre del Rocío. Es en ese momento cuando este hermano entregará al preso al hermano mayor de la cofradía, Gregorio Castillo, y éste, al vicario episcopal, Roberto Rojo.
Esto ocurrirá alrededor de las 22:00 horas en Tribuna Oficial. Se leerá el auto de libertad y el juez procederá a validarlo. “Se le entrega el martillo para que el preso haga la primera levantá, sonará el himno nacional y quedará liberado”, explicó a El Faro el hermano mayor de la corporación.
En “perfecto estado”
Todo está listo y preparado para que esta tarde y noche luzcan los dos tronos que procesiona esta cofradía. Las imágenes están “en perfecto estado” y listas para realizar su estación de penitencia. Anoche, después de la procesión del Nazareno y la Virgen de los Dolores, se produjo sobre las 00:00 horas el encendido de la candelería de la Virgen del Rocío. Se trata de un acto “muy íntimo”, en el que los hermanos de la cofradía rezan y cantan a las imágenes, informó a este periódico Castillo.
Vestir a las imágenes
Las imágenes titulares de la hermandad se comenzaron a arreglar justo después del traslado que tuvo lugar el Sábado de Pasión. Desde el Domingo de Ramos se pusieron las camareras a dejarlas bien vestidas y arregladas para la procesión de este Jueves Santo.
“Para mí es como si estuvieras vistiendo a tu madre. Quieres que vaya preciosa”, aseguró Paqui Ramos, camarera de la Virgen del Rocío. Se trata de un trabajo muy meticuloso, “la Virgen va vestida a fuerza de alfileres, el número de éstos que se usa es exagerado”, contó, y muy íntimo, porque “hasta que la Virgen no está lista y en el trono, no la ve absolutamente nadie”.
Este año, además, la alegría en la hermandad es palpable. La Virgen lleva consigo numerosos estrenos como su manto de apliques de realce, mantilla y la corona de procesión. En su rostrillo (cabeza y pecho) lleva entre siete y nueve metros de encajes.