Una mezquita y dos parroquias piden productos básicos para las familias más necesitadas
La Mezquita de la Misericordia, la parroquia de la Medalla Milagrosa y la Cofradía de la Virgen de la Victoria son las últimas en sumarse al listado de ONGs que colaboran con el Banco de Alimentos. Desde hace un par de años no paran de llegar a la puerta de la institución organizaciones sin ánimo de lucro que piden cargamentos de alimentos para poder atender a las personas más necesitadas de los barrios en los que tienen su sede. Estas tres son las últimas de una relación de 27 entidades entre las que hay asociaciones de vecinos y culturales, cuyo único fin es poder hacer llegar los productos básicos a las familias más necesitadas de la ciudad. No disminuye el número de personas que piden ayuda y por ello, este banco ya asiste a 7.400 beneficiarios.
El presidente del Banco de Alimentos, Juan Paredes, insiste en que el mayor problema que tienen en Melilla es la falta de espacio. No llegan más productos porque no caben. En muchas ocasiones consiguen donaciones en la península de un gran número de empresas, pero no puede traerlas a Melilla porque no hay sitio donde guardar los palés de alimentos.
Necesitan 300 metros cuadrados y no es un capricho, sino una prioridad porque no va a disminuir el número de personas que piden alimentos a la entidad. Para comprender hasta qué punto precisan de un nuevo local sólo hay que mirar atrás y ver que hace unos meses tuvieron que solicitar a un melillense que les dejara hueco en su nave industrial. Llegaron 73.600 kilos de alimentos y no les daba tiempo de ir repartiendo entre las asociaciones mientras seguían entrando palés en la sede.
Para Ramadán
Siempre intentan tener algo de mercancía guardada en el almacén por si surgen necesidades de ultima hora, pero no pueden tener muchos alimentos guardados porque en cuanto llegan los cargamentos se llena el local. El próximo volumen grande de productos llegará para el mes de junio. La prioridad de Paredes es que los alimentos lleguen dos semanas antes de Ramadán con el objetivo de que las familias musulmanas que se benefician de estos productos cuenten con ellos antes de la fiesta y puedan destinar parte del dinero del hogar a otras necesidades. Si tienen pasta, arroz, lentejas y aceite, podrán comprar otras cosas que necesitan como ropa para los niños o alimentos que de momento no puede proporcionar esta entidad, como las verduras, la carne o el pescado.
Paredes afirma que en una nave más grande, podría instalar una cámara frigorífica. Le han ofrecido tomates, cebollas y otro tipo de verduras desde varias cooperativas de la península, pero sin un lugar en el que almacenarlas, estos alimentos no tienen cabida en la institución. Es más, se podrían dar yogures, mantequilla, queso y otros derivados de los lácteos si se contara con esta cámara frigorífica. Pero de momento, esto es sólo un deseo porque no hay forma de localizar en Melilla un local lo suficientemente grande y económico para esta ONG.
Familias
De todas las culturas. Son muchas las mujeres que llaman a la puerta del Banco de Alimentos buscando ayuda para sus hijos. Hay familias en las que los dos progenitores están en paro y otras, en las que las mujeres son las únicas al cargo de los niños, por lo que se ven solas para sacar adelante a sus pequeños. La mayor parte de ellas, pide leche de continuación y papillas. Además, la crisis afecta a todas las personas sin importar su religión o cultura. Musulmanes y cristianos están entre los beneficiarios del Banco de Alimentos.
Otros
Colectivos. Otro grupo vulnerable que atiende esta entidad es el de las viudas, mujeres mayores que no tienen suficientes recursos económicos como para pagar el alquiler, la luz y la comida. También las personas indocumentadas demandan esta ayuda.
La Mezquita de la Misericordia, junto al cementerio musulmán, solicitó alimentos a esta entidad para unas 200 personas. Se trata del colectivo de sirios que está en la ciudad que acude a este lugar para orar. El portavoz de la Comisión Islámica de Melilla, Samir Mohamed, aseguró a El Faro que no hay ningún campamento instalado en la mezquita, como hace unos meses. También resaltó que este lugar no se va a convertir en un segundo Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes.
No obstante, explicó que el colectivo de sirios acude todos los días a rezar. Allí encuentran un lugar sereno en el que ofrecer su oración a Dios y además, un espacio en el que les dan una merienda, una cena y en el que pueden asearse.
Son unas 50 personas las que toman su merienda o cena en esta mezquita gracias a la labor de un grupo de voluntarios de la CIM.
Por otro lado, los viernes se ofrece comidas para este colectivo. Entre 200 y 300 personas acuden este día. Son las familias sirias al completo las que van a rezar y se quedan para tomar un alimento y descansar. Mohamed explicó que el CETI está tan saturado que las familias desean ir a la mezquita donde les reciben con los brazos abiertos.
El portavoz de la CIM destacó la gran labor que realizan los voluntarios de esta entidad que siempre prefieren permanecer en el anonimato. Llevan a la práctica un trabajo callado, pero que les ofrece una gran satisfacción personal porque saben que su ayuda es de vital importancia para los más necesitados.
En concreto, la Mezquita de la Misericordia ha recibido del Banco de Alimentos un total de 650 kilos de arroz, 366 kilos de lentejas, 72 cajas de 800 gramos de leche de continuación y más de 500 tarros de salsas de todo tipo.