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Mañana se celebrarán unas jornadas que abordarán la prevención a través de la educación
La especial situación geográfica de Melilla la hace más vulnerable a una posible radicalización de los menores. Para analizar esa situación, nuestra ciudad está acogiendo durante estos días dos iniciativas diferentes pero con un mismo objetivo: incidir en la educación como herramienta fundamental de prevención.
Si ayer sábado se celebraba en el Campus de Melilla las Jornadas de Prevención frente a la Radicalizaciójn de nuestros Menores, organizadas por la Comunidad de Inteligencia y Seguridad Global (CISEG), junto a Unesco Melilla, mañana lunes se desarrollará otro encuentro titulado ‘Acciones educativas para la prevención de la radicalización de los jóvenes a través dela educación’. Programadas por la Dirección Provincial de Educación, tendrán lugar también en la universidad.
En la jornada celebrada ayer, con un enfoque multidisciplinar, se puso de manifiesto que Melilla es una zona de paso de personas radicalizadas aunque para el presidente del CISEG, David Garriga, no se sabe si la gente se quedará o si su intención es marchar hacia la península o Europa. Pero es un problema al que hay que buscar solución.
Según se puso de manifiesto, el sentimiento de pertenencia a un grupo es una de las cuestiones que están detrás de la radicalización de los menores.
Conscientes de que para unos padres que perciben que su hijo se está radicalizando no sería fácil denunciarlo a la policía, esta entidad propone que se creen espacios intermedios con trabajadores sociales a los que acudir ante cualquier sospecha. El CISEG puso como ejemplo los creados en Málaga.
Habrá que estudiar esa posibilidad. Mientras tanto, la educación es fundamental para prevenir posibles casos de radicalización y todos debemos estar alerta para detectarlos si llegan a producirse.