El día que despegue o aterrice en nuestra ciudad un avión de una línea regular en horario nocturno podremos sentirnos un paso más cerca de la península. El vicepresidente y consejero de Fomento, Miguel Marín, anunció ayer que la Ciudad ha conseguido arrancar al Ministerio el compromiso de hacer todo lo necesario para que los aviones continúen operando en nuestra ciudad tras la caída del sol. Es un avance importantísimo porque contribuirá a mejorar la calidad de vida de los melillenses, abre posibilidades a los emprendedores, facilita la realización de gestiones en la península, mejora las opciones para varios sectores económicos de nuestra ciudad y, en general, hace que nos sintamos menos diferentes al resto de españoles.
Sin embargo, el compromiso del Ministerio de Fomento esconde un ‘pero’: Las aerolíneas tienen que mostrarse interesadas en esta propuesta. Y no sólo eso. Además tienen que demostrarlo presentando una petición en firme que incluya los vuelos que estarían dispuestos a operar y sus correspondientes horarios. De esta manera, ahora el remate de la operación queda en manos del viceconsejero de Turismo, Javier Mateo, y en su capacidad negociadora para convencer a las aerolíneas, especialmente a Air Nostrum, de las oportunidades que ofrecen estos vuelos. Nuevamente serán los números quienes determinen si las aspiraciones de los melillenses se convierten en realidad. Si Air Nostrum, tras analizar la demanda de los viajeros, considera rentable la operación y planifica el suficiente número de vuelos, los melillenses veremos sobre nuestras cabezas las luces de los ATR cruzar el cielo por la noche.
Ese es el primer paso que puede acercarnos un poco más a la península. El segundo, más importante y factible, es la bonificación del transporte de mercancías que reclaman de manera conjunta Melilla y Ceuta para igualar los incentivos en ambas ciudades con los que ya tienen las empresas de las Islas Canarias. Es un paso importante porque será un elemento más a tener en cuenta por las sociedades que se planteen establecerse en nuestra ciudad. Y es factible porque la medida ya se ha puesto en marcha en Canarias con los mismos argumentos que plantean ahora Melilla y Ceuta. Además, la aceptación de esta petición por parte del Gobierno central depende más de la voluntad política que de que las cuentas les cuadren al tándem ministerial Montoro-De Guindos.
En ambos casos, las bonificaciones al transporte de mercancías y los vuelos nocturnos, son planteamientos que están encima de la mesa a la espera de una decisión. Por el contrario, una respuesta positiva largamente esperada llegó ayer por fin: Mercadona viene a Melilla, pero no llegará hasta 2018; una muestra más de que hay que seguir mejorando nuestros transportes.