Don Benito: Sebas Gil; Trinidad (Josué, min. 61), Pavón, Rafa, Álex Herrera (Carlos López, min. 79); Espinar (Guijarro, min. 79), Adrián Revilla; Fran Pérez (Santana, min. 61), Marckus, Álvaro (Álex López, min. 85); y Bassirou.
Melilla: Salcedo; David Hernández, Moi, Jordan, Dani Martín; Alberto Martín, Cano (David Suárez, min. 73), José Antonio (Javi Díez, min. 89); Dani García (Pitu, min. 83), José Enrique (Nico Santos, min. 89) y Sergio Pérez (Fran Núñez, min. 73).
Árbitro: Sánchez Carreras (Comité andaluz). Expulsó con roja directa al local Guijarro (min. 91). Amarilla a Adrián Revilla, Bassirou, Espinar, Marckus, Pavón; Cano y David Hernández.
Goles: 0-1 José Antonio (min. 30). 0-2 Sergio Pérez (min. 55).
Campo: Vicente Sanz. 1.200 espectadores.
La carrera del líder Melilla por el ascenso directo a Primera Federación recuperó la asignatura de las victorias a domicilio al imponerse en esta jornada al Don Benito extremeño con un gol convertido en cada parte (0-2). El anterior triunfo lejos del Álvarez Claro había sido el 8 de enero contra el Navalcarnero, rival directo por la zona alta de la clasificación. El primer tiempo resultó bastante aburrido. Ambos equipos, por objetivos contrapuestos, abusaron del pelotazo. En esa tesitura, el visitante Cano mostró algo diferente a los espectadores del Vicente Sanz: agarró el esférico en el flanco izquierdo, se zafó de cuantos oponentes le salieron al paso mediante una ruleta y el disparo final, tapado por la defensa, dejó incompleto el ejercicio estético del talentoso centrocampista. Sergio Pérez recogió el guante para realizar desbordes por la banda. Con el amago, su recurso favorito, hizo tambalearse los cimientos del Don Benito.
En una de esas florituras, se marchó hacia dentro y exigió al portero Sebas Gil una estirada espectacular. Por su parte, el Don Benito, metido en la zona de descenso aunque realmente mejorado desde los fichajes del mercado de invierno, miró a los ojos al líder, si bien sus recursos fueron claramente más rudimentarios. Trinidad, el lateral derecho, exprimió hasta la extenuación los servicios de banda directos al área en busca del delantero Bassirou, atado en corto por la zaga del Melilla. Como notable réplica, justo al cumplirse la media hora de juego, el capitán José Antonio allanó el camino con un certero zambombazo desde el balcón del área que se coló cerca de la punta de los guantes de Sebas Gil.
La ventaja desencadenó una tormenta. Cada disputa terminó con futbolistas tendidos sobre el terreno de juego. Sendas tarjetas amarillas a Adrián Revilla y Pavón provocaron un cisma de disconformidad entre la parroquia local. El paso por los vestuarios no deparó sustituciones. El conjunto extremeño canalizó la frustración del tramo final del primer tiempo con un arranque poderoso en el segundo, empezando a cargar el área con centros, todos repudiados con aplomo por la retaguardia del Melilla.
La resistencia visitante pronto se convirtió en una balsa de aceite. El aviso llegó por medio de José Enrique con un cabezazo condenado a la cruceta. Fue la antesala del segundo tanto, anotado al contragolpe por Sergio Pérez, que zanjó el asunto con un trallazo al segundo palo que dejó mudo el Vicente Sanz con más de media hora por delante. La segunda diana abrió un abismo insalvable entre ambos conjuntos, máxime a tenor de la clara diferencia clasificatoria. Miguel Rivera movió el banquillo a partir del minuto 73, cuando los recambios David Suárez y Fran Núñez accedieron al césped. Pitu fue el tercer revulsivo visitante.
El duelo tuvo unos compases finales cargados de tensión. Poco después de la incorporación de Javi Díez y Nico Santos, el local Guijarro se marchó expulsado en el tiempo añadido por una dura falta al también revulsivo Fran Núñez. El Melilla encadena dos victorias después de mucho tiempo y prosigue la carrera por el hito de alcanzar el ascenso directo a Primera Federación, quedando seis cruciales jornadas por delante.