No quiero ofender a nadie, pero sí les quiero hacer una pregunta: ¿Dónde quedaron los aplausos de las ocho de la tarde para agradecer la labor de los sanitarios en pandemia? Y no se lo pregunto a los ciudadanos de a pie, que bastante tienen con sobrellevar el día a día, se lo cuestiono a los gestores, a los políticos de despacho que parece que no pisan la calle.
La burbuja parece que se ha pinchado en la sanidad madrileña, pero no se engañen, el sistema está fallando en todo el país y Melilla es claro ejemplo de ello. Presión asistencial, falta de tiempo para atender debidamente a los pacientes, urgencias saturadas, plantillas insuficientes, personal envejecido y sin esperanza de renovación a corto-medio plazo, guardias mal pagadas, trabas para compatibilizar la sanidad pública con la privada, promesas incumplidas...
Los médicos no somos héroes, tampoco somos santos, pero sí somos profesionales que se vuelcan para hacer bien su trabajo, que no paramos de formarnos, que siempre intentamos ser empáticos con nuestros pacientes y sus familias... Nuestra labor es curar y cuidar, pero los que mandan no nos los están poniendo fácil.
En general, ¿hacen falta médicos en Melilla? Sí.
¿Hay especialidades que no cuentan con los profesionales suficientes? Sí.
¿Faltan especialidades en nuestra ciudad? Sí.
¿Se necesitan más facultativos en Atención Primaria? Sí.
¿Los pacientes se merecen más tiempo en cada consulta? Sí.
¿Hacen falta más medios técnicos en nuestros centros de salud y en nuestro hospital? Sí.
¿Compatibilizar la sanidad pública con la privada está penalizado en Melilla con respecto a la Península? Sí.
¿Ha aumentado la fuga de profesionales? Sí.
¿Hay médicos que rechazan venir a Melilla porque no les convencen las condiciones? Sí.
Y podría seguir, pero creo que el melillense que acude a su centro de salud o al Comarcal sabe de sobra los problemas que sufrimos a diario. Ahora sólo hace falta que los gestores de Ingesa se den el mismo paseo y abran sus ojos y sus oídos, que pregunten a los sanitarios, que pregunten a los pacientes.
Nos venden que el nuevo hospital universitario, dotado de la última tecnología, pondrá solución a todos nuestros problemas. ¿Se lo creen? Yo no me lo creo y mis compañeros tampoco se lo creen.
Señoras y señores políticos, da igual el color, hablen con los profesionales. Hay que darle una vuelta al sistema sanitario nacional porque se nos viene abajo. No tomen medidas cortoplacistas, no piensen sólo en clave electoral porque las enfermedades no entienden de sillones que repartir.
Y como la esperanza es lo último que se pierde, espero que la reunión de costes de Ingesa con los ministerios de Sanidad y Hacienda, que se celebrará la próxima semana, sirva para algo. Sabemos que hablarán del complemento de exclusividad y de los incrementos retributivos prometidos. También estará sobre la mesa la aportación de legislación para la incompatibilidad/exclusividad. Quieren abordar la incentivación ligada a la declaración de áreas de difícil cobertura y desempeño. Avanzan que quieren buscar una solución. A ver... Nos lo creeremos otra vez.
Les recuerdo que, si quieren arreglarlo, aquí estamos para echarles una mano.