El doctor José David Fernández Arias es facultativo especialista en Endocrinología y Nutrición y la persona idónea para abordar los riesgos y los síntomas de la diabetes. El próximo 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes y es oportuno, en estos días previos, aclarar conceptos sobre esta enfermedad, considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las epidemias del siglo XXI.
“La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. Y se ha convertido en uno de los problemas sanitarios más graves de nuestro tiempo”, explica el doctor Arias en esta entrevista para el Colegio Oficial de Médicos de Melilla.
La Federación Internacional de Diabetes y la OMS detectaron hace más de tres décadas el problema y en 1991, como respuesta al alarmante aumento de casos, decidieron instaurar el Día Mundial de la Diabetes para trasladar a la población la realidad de esta dolencia. “Sus proporciones son ya epidémicas en la mayor parte del mundo -apunta el endocrino- y los costes derivados del tratamiento y prevención de la diabetes se convierten en una de las principales partidas presupuestarias que deben asumir las sanidades públicas, siendo España el país con la segunda tasa más alta de Europa”.
Los datos hablan por sí solos. “La incidencia de la diabetes se sitúa en 11,6 casos por cada 1.000 personas. En concreto, afecta a más del 15% de la población española, siendo más del 25% de las personas mayores de 65 años. Y en Melilla se estima una tasa superior a la media, llegando al 20 por ciento de la población adulta. En cuanto a la diabetes tipo 1 en España, se estima una tasa de incidencia de 15 casos por cada 100.000 personas cada año”, manifiesta el doctor Arias. En la actualidad se calcula que hay más de 350 millones de personas con esta enfermedad y que cada año mas de 3 millones de personas con diabetes fallecen a causa de enfermedades relacionadas. “Las personas que viven con diabetes tienen más riesgo de enfermar gravemente y de morir por otras enfermedades. En Melilla la mortalidad por diabetes es de las más altas de España, junto con Ceuta y Canarias”, avisa el facultativo.
Entre los riesgos más comunes cabe destacar: es la principal causa de ceguera en las personas de 40 a 74 años; las personas que viven con diabetes tienen hasta tres veces más riesgo de fallecer por enfermedades cardiovasculares, renales o cáncer; la depresión es dos veces más frecuente en personas con diabetes que en aquellas que no la tienen; el estrés y la ansiedad que produce vivir con diabetes repercuten negativamente en la evolución de la enfermedad debido a un autocuidado insuficiente, falta de adherencia al tratamiento y a episodios de hipo o hiperglicemia; las personas que viven con diabetes tienen el doble de riesgo de desarrollar un cuadro severo y de fallecer por COVID-19.
Además, la mayoría de las personas con diabetes son asintomáticas hasta que se desarrollan los propios síntomas del órgano afectado en cada una de las complicaciones crónicas o agudas. Por ello es muy importante para su diagnóstico precoz conocer los síntomas que pueden hacernos pensar en que podemos tener diabetes: orinar con frecuencia, sentir mucha sed, tener mucha hambre, aunque estés comiendo, fatiga extrema, vista borrosa, cortes o moretones que tardan en sanar, pérdida de peso aunque estés comiendo más y hormigueo, dolor o entumecimiento en las manos o pies.
Hay varios tipos de diabetes. Está la diabetes de tipo 1, también llamada juvenil o de inicio en la infancia. Se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona. También diabetes de tipo 2 (suponen entorno al 80 %): De inicio en la edad adulta. Se debe inicialmente a un uso ineficaz de la insulina que determina con el tiempo un déficit de la misma por agotamiento del páncreas. Este tipo representa el 90% de los casos mundiales y se debe en gran medida a un peso corporal excesivo, malos hábitos alimenticios y a la inactividad física.
Otro de los casos es la diabetes gestacional: Es un estado hiperglucémico que aparece o se detecta por vez primera durante el embarazo. Sus síntomas suelen diagnosticarse mediante las pruebas prenatales. Es importante destacar que las mujeres que han padecido diabetes gestacional durante el embarazo tienen un mayor riesgo de sufrir diabetes de tipo 2 a lo largo de su vida. Y, por último, otros tipos de diabetes menos habituales y más difíciles de clasificar como las diabetes monogénicas, las diabetes tipo 3 C, la diabetes mitocondrial... Las personas con diabetes tipo 1 pueden desarrollarla en cualquier momento, aunque el mayor número de casos se produce alrededor de los 14 años (siempre antes de los 30-35 años.)
La diabetes tipo 1 no se puede prevenir, mientras que la diabetes tipo 2 (la más frecuente en mayores de 45 años) a menudo se puede prevenir mediante una dieta saludable, actividad física regular, mantener un peso corporal normal y evitar el consumo de tabaco. “Ser más sedentarios, comer más alimentos procesados, ricos en azúcares y grasas naturales, nos influye de manera muy negativa y nos da una pista muy importante sobre cómo prevenir la diabetes de tipo 2. Este tipo de diabetes se puede tratar y sus complicaciones se pueden evitar o retrasar con la modificación de los hábitos de vida, los cambios en la alimentación y el ejercicio, que nos ayuda a bajar de peso, descender el nivel de azúcar en sangre y aumentar la sensibilidad a la insulina”, detalla el doctor Arias.
Por ello, ofrece una serie de consejos: “La clave está en llevar una dieta equilibrada y saludable, evitando los azúcares simples y, en todo lo posible, los alimentos procesados y las grasas saturadas. Los carbohidratos refinados y los alimentos azucarados son descompuestos rápidamente por el organismo, en moléculas de azúcar, que pasan al torrente sanguíneo, elevando el nivel de glucosa en sangre, algo que hay que evitar. Un patrón de dieta mediterránea rica en ensaladas, hortalizas, verduras de hoja ancha y carbohidratos complejos como los de la pasta, el arroz o el pan integral, además de alimentos ricos en fibra son de gran ayuda. Es necesario que los pacientes tomen conciencia de su enfermedad, que tengan una buena educación diabetológica y desarrollen actividades, actitudes y comportamientos que faciliten el control de su diabetes, además de someterse a pruebas periódicas de detección de posibles complicaciones (evaluación de los pies, controles analíticos, exámenes oculares periódicos…) para ayudar en la detección temprana de esta enfermedad”, apostilla.
Por último, hay que destacar la importancia de la proliferación de nuevas tecnologías para tratar la diabetes, que han permitido el empoderamiento de los pacientes, mejorar los tratamientos, los controles y la calidad de vida de nuestros pacientes. En Melilla se han incorporado sistemas automáticos híbridos de asa cerrada que imitan a los sistemas biológicos de liberación de insulina en relación a los niveles de glucosa “páncreas artificial híbrido”, sistemas de monitorización continua de glucosa, bolígrafos de insulina “inteligentes”, o sistemas Insulclock.