Este supuesto fraude en el empadronamiento provocó una fuerte disputa doméstica. El Juzgado de lo Penal número 1 celebró un juicio por un delito de malostratos en el ámbito familiar en el que el acusado y la denunciante reconocieron que tuvieron una discusión subida de tono por el mismo motivo: El empadronamiento de unos “amigos” en el domicilio familiar y sin cobrar nada a cambio de la inscripción en el Padrón, que era lo que la esposa le reprochaba a su marido. La discusión derivó, según la denuncia, en una agresión. El caso quedó visto para sentencia.
El acusado, un joven melillense, negó ante la juez haber agredido a su pareja, tal y como ella declaró después. La víctima explicó que su pareja le cogió del pelo y le dio varios puñetazos en el costado derecho. El joven dijo que él salió de la casa en el momento en el que vio a su pareja “chillar” para evitar más problemas. “Yo por mi parte no he hecho nada”, insistió. De hecho, aseguró que después de que le detuvieran, tras la denuncia que le puso su esposa, durmieron juntos y han continuado la convivencia desde entonces.
Sin embargo, la mujer declaró todo lo contrario. Afirmó ante la juez que su marido estaba durmiendo en casa de sus padres desde el día de la pelea, el pasado 25 de noviembre. Declaró en el juicio su intención de iniciar el proceso de divorcio, pues no es la primera denuncia, según dijo, que interpone en contra de su pareja por malostratos. Aseguró que había interpuesto entre cinco y seis denuncias por el mismo motivo, pero que las había retirado porque pensaba que su pareja iba a cambiar de actitud y comportamiento. “Yo no puedo seguir así. Empadrona a gente en casa, pero no trae dinero para alimentar a sus hijas”, le reprochó a su pareja ante la juez.
Agresión sin parte médico
El único testigo en declarar en el juicio fue el agente de la Policía Nacional que registró la denuncia de la mujer, dos días después de la discusión, según consta en el atestado. La víctima explicó que el mismo día de la pelea y agresión acudió al hospital Comarcal y después a la Jefatura, pero aseguró que allí los agentes le dijeron que volviera al día siguiente porque los compañeros del Servicio de Atención a la Mujer (SAM) no estaban allí. El agente declaró que si no están en la oficina, les localizan por teléfono e insistió en que ninguna mujer se queda desatendida si acude a denunciar un maltrato o agresión.
El policía también relató ante la juez cómo localizaron al acusado para proceder a su detención. No pudieron hallarle en su puesto de trabajo en los Planes de Empleo por lo que acudieron al domicilio de su padre y allí, éste se comprometió a llevar a la Jefatura a su hijo, como así ocurrió.
El juicio quedó visto para sentencia, después de los alegatos finales en los que la Fiscalía y la acusación particular pidieron una sentencia condenatoria contra el acusado y la abogada defensora solicitó la absolución de su cliente. Argumentó que no existía prueba de cargo suficiente para culpar a su cliente de una agresión de la que no hay parte médico de lesiones. Según la letrada, al no existir lesiones de la supuesta agresión “pospone la denuncia dos días después de los hechos”. Además, destacó que la víctima reconoció en el juicio que estaba “enfadada” y por eso se originó la pelea, según expuso la abogada de la defensa.