Los hechos ocurrieron hace ocho años. Un menor fue juzgado por el robo y otro de los acusados ha fallecido.
La Policía Nacional le conocía por ser un delincuente habitual y hace ocho años “estaba muy activo”, aseguró uno de los agentes que en abril de 2007 detuvo a M.M.E. cuando se disponía a entrar en un establecimiento comercial en Reina Regente. Llevaba una maleta en cuyo interior había una videoconsola y unos altavoces. Era parte del botín de un robo que se había producido horas antes en un aparcamiento privado de unas viviendas en la calle Marqués de Montemar. En el garaje del domicilio habitual del acusado, los agentes hallaron el resto de los objetos robados, entre ellos, un ciclomotor.
Ayer en el juicio que se celebró en su contra por un delito continuado de robo con fuerza en las cosas, dijo desconocer cómo llegó el botín del robo al garaje de su casa. La defensa solicitó la absolución, pues ninguno de los agentes y víctimas de los robos y daños causados en 13 trasteros y media docena de vehículos ubicó al acusado en el lugar de los hechos.
La Fiscalía mantuvo la acusación contra M.M.E., ya que en el cacheo que le hizo la Policía en el momento de la detención hallaron en los bolsillos un juego de llaves, de las que una de ellas abría la puerta del garaje donde se había cometido el robo.
En esta causa también estaban procesados un menor de edad y un adulto, como presuntos autores del mismo. Las huellas halladas por la Policía Científica en el lugar de los hechos identificaron a ambos, salvo al acusado sentado ayer en el banquillo. El menor, que hoy cuenta con 24 años de edad, ya fue juzgado en el Juzgado de Menores por estos hechos y el adulto ha fallecido. No obstante, la fiscal hizo referencia a la declaración judicial del finado en la que implicaba al acusado M.M.E. en los hechos cometidos en abril de 2007.
Segundo acusado, absuelto
En el juicio celebrado ayer también estaba acusado un joven melillense al que la Policía detuvo algunos días después. Fue arrestado el 2 de mayo de 2007 en la carretera del Polvorín, donde los agentes le interceptaron circulando con una bicicleta “de alta gama”, que también había sido robada en el aparcamiento de la calle Marqués de Montemar.
Los agentes policiales explicaron a la juez de lo Penal 2 que el acusado no pudo demostrar que la bicicleta era de su propiedad. Además, estaba denunciada como uno de los objetos robados. El acusado afirmó que fue el menor de edad quien le prestó la bicicleta “para hacer deporte” y dijo desconocer que era robada. El caso quedó visto para sentencia.