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Los fieles seguidores de Nuestra Señora del Carmen celebraron una misa en la puerta de la parroquia de San Agustín antes de iniciar una procesión para llevar a la Virgen hasta la playa de la Hípica
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Los portadores la metieron en el mar y la subieron a una barca como marca la tradición
Una multitud de fieles se sentó a la sombra ante la parroquia de San Agustín, mientras el cura rezó una misa en honor a Nuestra Señora del Carmen, patrona de los marineros. El acto, caracterizado por su solemnidad, fue seguido por una procesión a la que se sumaron numerosos vecinos y seguidores de la Virgen.
La comitiva iba precedida por siete miembros de la Armada, engalanados con sus trajes blancos. Tras ellos, los portadores llevaban a sus hombros a la que llamaban entre gritos la Reina del Mar y a la que aclamaban entre ‘vivas’ como la tres veces ‘guapa’.
Cientos de personas seguían de cerca y a paso lento a la Virgen que protege a los pescadores, marineros y bañistas. Uno de los momentos más emotivos fue cuando un miembro de la Asociación Cultural Virgen del Carmen entregó un ramo de flores a la viuda de Francisco Gil, un hombre que murió ahogado intentando salvar a una niña en el mar hace ya 34 años. Los portadores postraron la Virgen ante ella y le hicieron entrega de las flores. Al acabar, una mujer alzó a su bebé recién nacido para que recibiera la bendición de la imagen.
La procesión siguió hasta la playa de La Hípica, donde los portadores tuvieron que descalzarse y remangarse los pantalones para meterse finalmente en el mar. El agua les cubrió hasta el pecho, pero ellos sostuvieron a la Virgen en lo alto en todo momento hasta que la subieron a su tradicional barca. A su alrededor, muchos de los fieles hacían fotografías a la figura que se alejaba en barca para recorrer la playa y salir posteriormente para regresar a su parroquia. No faltaron los vítores y aplausos.