-
El comandante general que concluye su mandato el día 4, fue recibido ayer por Juan José Imbroda
El próximo 4 de marzo, tras casi cuatro años al mando de la Comandancia General de Melilla, Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu cesará en ese cargo y pasará a la reserva. Queda poco para la fecha y ayer dedicó parte de la mañana a visitar a autoridades con las que ha coincidido durante su estancia en la ciudad.
El comandante general ha trabado durante estos años amistad con el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, quien ayer lo recibió en su despacho y le agradeció, en declaraciones a la prensa, su “vinculación con Melilla, con la sociedad melillense y su participación en la defensa de lo que significa Melilla con total responsabilidad”. Asimismo, subrayó la “buena relación personal” que los une a ambos.
Díaz de Otazu, quien tiene el rango de general de división, desconoce aún su próximo destino y tampoco se sabe quien tomará el testigo que deja en nuestra ciudad. Pero este militar sí tiene una idea muy clara, y esa es la de sentirse “afortunado” por haber estado destinado en esta tierra. Según afirmó a los medios, los melillenses “no son conscientes de la maravilla de mundo en el que viven por estar inmersos en él”. El comandante general es un claro defensor -y admirador- del “proyecto común en convivencia que se desarrolla en Melilla”. Asimismo, considera que la ciudad proyecta una imagen “muy positiva” de cara al exterior.
Fernando Gutiérrez Díaz de Otazu, vizcaíno de origen, lleva Melilla en el corazón y a buen seguro sus lazos con esta ciudad se mantendrán con fuerza. Esta despedida no será en modo alguno definitiva, pues su regreso llegará pronto, en la Semana Santa, en la que ejercerá de pregonero.
El cariño del comandante general a esta ciudad es, en realidad, un sentimiento que arraiga fuertemente en muchos militares que han servido aquí. Sin duda, es un destino interesante en su faceta profesional, pero más cierto es aún que las experiencias personales son impagables.