Un joven de Mali de 15 años cuenta su testimonio en un informe de Alianza por la Solidaridad. Trató de entrar en tres veces saltando la verja. El día que habló con el agente pasó 3 horas encaramado.
"Pasé tres horas sobre la valla. Desde allí le pedí a un guardia civil que no me devolviese a Marruecos, que era menor y quería pedir asilo. Me devolvieron”. Este es el extracto del testimonio de un joven de 15 años, procedente de Mali, que intentó cruzar la alambrada que separa nuestra ciudad del país vecino en varias ocasiones. Se recoge en el informe ‘Niños migrantes en Marruecos’, presentado la semana pasada por la ONG Alianza por la Solidaridad. Este chico explica en su testimonio que intentó aprovechar los conocimientos que tenía de español para tratar de convencer a los agentes que estaban en ese momento en el control de la valla de que lo dejaran quedarse en España. No lo lo consiguió.
La ONG precisa cómo los niños dejan de serlo cuando se convierten en inmigrantes, al menos para las autoridades. Precisa que en los intentos de entrada a Melilla y Ceuta, tanto si es a través de la verja como si lo intentan por mar, éstos jóvenes son “invisibles” y se tiene más en cuenta su condición de “clandestinos” que de menores. Los derechos de este menor, como el de muchos otros como él, queda en un segundo plano. A él nadie lo escuchó cuando dijo que sólo tenía 15 años subido sobre la alambrada tratando, seguramente junto a otros inmigrantes, de encontrar un futuro mejor en territorio español.
Tres intentos de salto
El menor cuenta que ha tratado de entrar en Melilla saltando la valla hasta en tres ocasiones. En todos los intentos ha sido rechazado, igual que otros muchos, sin que se tuviera en cuenta que era menor de edad.
Explica que como consecuencia de los saltos sufrió una fractura y tuvo que estar algún tiempo en el hospital. A pesar de ello, reconoce que hay casos peor que el suyo. “Algunos nunca se recuperan de las fracturas. Las sufren de por vida”, lamenta al contar su historia. Indica, además, que no sólo trató de saltar la valla en varias ocasiones sin éxito, sino que también probó suerte por mar. No lo logró, como tantos otros.
Violencia invisible
El informe indica que los niños y adolescentes que han ofrecido sus testimonios declararon que cuando se cruza de Marruecos a España se atenta “gravemente” contra sus derechos y el hecho de ser menor deja de importar en términos de protección. La ONG Alianza por la Solidaridad apunta la existencia de una violencia “invisible” en la frontera que separa nuestra ciudad del país vecino.
“La embarcación no aguantaba más. Muchos se lanzaron al agua, entre ellos mi hijo de 6 años”
La cara más inocente de la inmigración es la de la infancia. En el informe ‘Niños migrantes en Marruecos’, de la ONG Alianza por la Solidaridad se recoge el testimonio de una madre de origen guineano que tuvo que rescatar a su hijo de tan sólo seis años del mar cuando trataban de llegar a nuestra ciudad a bordo de una patera. “Estábamos en el agua, cerca de Melilla. El barco de la Guardia Civil llegó delante de nosotros y nuestra embarcación no aguantaba más. Muchos se lanzaron al agua, entre ellos mi hijo de seis años”, relata la mujer. El pequeño gritó desde el agua que no tuvieran miedo, que llevaba un chaleco salvavidas. Otro de los inmigrantes que iba en la patera se lanzó al agua y pudieron volver a subirlo. Unos minutos más tardes llegó la Marina Real Marroquí. Todos fueron devueltos al país vecino ante la presencia de la Guardia Civil, según el testimonio de la mujer.