La verdad es que España, con la aprobación de la Constitución por el parlamento, a partir del 27 de Diciembre de 1978 comenzó siendo un régimen democrático. Y eso, se vio con claridad cuando gobernando el PSOE, presidido por Felipe González, a pesar de llevar en su programa electoral la “no entrada en la OTAN”, una vez en el poder, cambió de opinión. Ante este hecho, convocó un referéndum al pueblo español para que éste refrendase su nueva iniciativa.¡Pero, claro, aquello era una democracia!
Entiendo por un régimen democrático, aquel que se somete al poder judicial y que por muy altos que sean los cargos siempre están bajo el dictamen del Tribunal Supremo del país en el que se instaura, tanto en un régimen parlamentario como el nuestro, como en un régimen presidencialista como el francés. Además de tener siempre como premisa principal que el pueblo es el soberano del territorio que se gobierna.
Sin embargo, con el devenir del tiempo, los partidos políticos en el poder han llevado a cabo actos y guiado a nuestra nación fuera de sus contratos programáticos: Nos metieron en el euro sin celebrar un referéndum, nos metieron en una guerra con Irak; sin tener ningún tipo de intereses en aquella nación, de la misma manera, cambiaron nuestra Constitución, dándole prioridad al pago de la deuda externa por encima de solucionar las necesidades de los españoles. Estos son gestos de autoritarismo que distan de lo que es una verdadera conciencia democrática. Y no olvidemos, que para llevar a cabo un régimen democrático, primero hay que tener conciencia del mismo.
Ahora, el mismo partido que hizo un referéndum para entrar en la OTAN por ser ésta un actitud contraria a su programa electoral inicial, se ha configurado como Gobierno de la Nación haciendo un pacto con delincuentes forajidos de la Justicia nacional. Algo que, según mi opinión, deja bien claro que el Poder Judicial queda sometido al poder político ejecutivo. Y eso es precisamente lo que se denomina un ‘régimen autoritario’, cuando el Poder Ejecutivo tiene la potestad de todos los poderes aun cuando el pueblo no lo quiera.
El presidente del PSOE prometió en su programa electoral que traería al presidente de Junts, Carles Puigdemont, ante la Justicia y, ahora, hace un pacto con él de amnistía, aun cuando los jueces no aprueben dicho perdón, para formar un gobierno.
Sin embargo, también es cierto que la gente de a pie que se manifiesta no pide un referéndum, reclama un ‘No a la amnistía’... No se trata de eso. Se trata de recuperar la moral y la conciencia democrática que ha configurado a este país desde la navidad de 1978. Se trata de que el pueblo español y sus gobernantes, que son fruto del mismo, nos hemos olvidado de demasiadas cosas y de que lo que comenzó siendo un régimen democrático llevado a cabo mediante una monarquía parlamentaria, ahora es un régimen autoritario llevado a cabo por una partitocracia de libro y ni siquiera nos estamos dando cuenta.
Siempre creí en nuestro sistema político, pero tengo que decir que ya no me identifico con lo en que se ha convertido.