El presidente del Gobierno de Melilla, Eduardo de Castro, se ha reunido con el ministro de Política Territorial y Función Pública, Miguel Iceta, en Madrid para tratar la situación de la Ciudad Autónoma. De Castro explicó que hablaron de diversos asuntos que van desde la migración hasta la economía. De Castro señaló que la situación de Melilla ha de llevarse a Europa porque la ciudad es frontera sur del continente.
También hablaron sobre la ampliación del aeropuerto y De Castro aseguró también que Iceta se mostró interesado por la línea con Argelia y agradeció que en esta ronda de presidentes autonómicos haya invitado en primer lugar a Ceuta y Melilla.
Y es que el ministro de Política Territorial y Función Pública analizó con los presidentes de las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla los flujos migratorios que registran ambos territorios y se ha comprometido a mantener un diálogo fluido con ellos. Iceta se reunió este martes por primera vez desde que tomó posesión como ministro con los presidentes de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Juan Jesús Vivas y de Melilla, Eduardo de Castro González.
En el encuentro, el ministro ha insistido en su voluntad de mantener un contacto estrecho, basado en el diálogo y la coordinación, con las Ciudades Autónomas. A las reuniones también ha asistido el secretario de Estado de Política Territorial y Función Pública, Víctor Francos, que ha analizado la situación de estos territorios, marcados por su alta densidad de población y elevados flujos migratorios
Sin duda Melilla tiene que mirar al norte, que es donde está el progreso. Diversificar la economía, apostar por la formación de la abundante mano de obra poco cualificada que campa por la ciudad y tender a la autosuficiencia energética y económica. La línea marítima con Argelia podría ser un acierto y, en efecto, todo suma; pero teniendo de vecino a un narcoestado como Marruecos gobernado por un rey dictador hay que olvidarse del continente africano y proyectarse inequívocamente hacia Europa. Y al que no le guste, que cruce la frontera (o que salte la valla), pero a la inversa.