Eduardo de Castro, el expresidente de la Ciudad Autónoma expulsado de Ciudadanos, ha declarado ante el juez este miércoles para responder a las acusaciones de administración desleal y apropiación indebida de las que ha sido objeto por la dirección del partido en Madrid. La querella fue presentada el pasado mes de septiembre y lo que pretende es dilucidar si De Castro pudo incurrir en los presuntos delitos ya citados, que están penados con prisión entre 6 meses y 3 años.
Entre los gastos más llamativos que alertaron a la dirección nacional de Ciudadanos figura el cargo en la cuenta del partido de mil euros gastados en un solo día en el Corte Inglés de Málaga. Pero hay desembolsos variados, que van desde la adquisición de bienes y servicios para su beneficio hasta otros aspectos que plantean interrogantes por cuanto que no están debidamente justificados en las cuentas.
A modo de ejemplo, Eduardo de Castro usó presuntamente el dinero de Ciudadanos para hoteles de cuatro estrellas, que están asociados a viajes cuyo destino no está claro desde el punto de vista de acciones de partido, junto con billetes de Adif y de Iberia, que sugieren desplazamientos frecuentes posiblemente relacionados con su ocio personal.
Con la tarjeta de Ciudadanos, que nunca dejó a pesar de haber sido expulsado de la organización, adquirió accesorios para móviles y cuatro aparatos que no aparecen especificados, cuyo destino se desconoce. El que fuera máximo responsable del Gobierno de Melilla, además, pagó con ese dinero manuales para ostentar cargos públicos. Constan gastos para su formación personal y profesional, entre ellos, curiosamente, el manual "cómo ser presidente".
También se financió con cargo a esos presupuestos cursos en la península, algo que, según fuentes consultadas por El Faro, debían de haberse financiado con los ingresos procedentes de la asistencia a comisiones y plenos, pero que imputó como gasto al grupo parlamentario.
La querella refleja tickets de bares que se consideran como algo asociado a su vida privada, así como contratación de salas, algo que se considera cuestionable porque no hay evidencia del uso o finalidad de ese proceder. Otro de los aspectos de los que se hace eco la querella es el de las transferencias que se realizó a sí mismo, una circunstancia que plantea duda sobre la justificación y el propósito de las citadas transacciones. Entre ellas figuran algunas de "alto importe" sin la debida justificación.
Hay retiradas de efectivo con la tarjeta en lo que se interpreta como una señal de una presunta falta de control administrativo de las cuentas y, finalmente, se habla del arreglo de persianas, un gasto "inquietante" si no está relacionado con una sede física precisamente en la etapa en la que el partido carecía de ella.
Declaración judicial
Eduardo de Castro, en declaraciones a COPE Melilla antes de ser interrogado por el juez, aseguró que se sentía "tranquilo" porque para declarar ante el juez tras la denuncia presentada por Ciudadanos (C’s) por una supuesta apropiación indebida de los fondos de la cuenta de la formación "no hay nada que ocultar" y confiando "en que se haga lo procedente". El expulsado de Ciudadanos aseguró que la querella es solo una "maniobra más", aunque no explicó para qué.
De Castro asegura que la querella se produce después de que él "intenta devolver un dinero y ese dinero desaparece de forma rara y extraña, sin ser todavía rescatado". Por ello, insistió en que «son 108.000 euros que no se han devuelto y que yo lo iba a hacer y no se pudo, porque no me dejaron».
Cabe recordar que el expresidente de la gestora de Ciudadanos en Melilla, Sergio Martínez, en una rueda de prensa a mediados del mes de junio, detalló que ya devolvió a las arcas de la Ciudad Autónoma parte de este montante económico.
No fue hasta el 6 de julio, cuando el exlíder del partido naranja, Eduardo De Castro, afirma que intentó devolver el sobrante de la subvención al grupo municipal y es cuando se percata de que la cuenta desde Madrid fue bloqueada.
'Fiat Iustitia = Hágase Justicia.
A De Castro lo han hecho bueno. Si alguien se cree el discurso imbrodista de la solución a todo, está bien equivocado. Lo único que ha cambiado en los dos últimos años han sido los bolsillos de unos pocos. Nepotismo, promesas incumplidas y mentiras continuas.
El "Alcalde inútil" como publicó este periódico!