Franciso Gómez señala que los sindicatos de clase “no ganaron ninguna batalla en sus conversaciones con el Gobierno” y anuncia el inicio de una serie de protestas.
El sindicato de trabajadores del ámbito público CSI - CSIF arremetió ayer con dureza contra UGT y CCOO, pues el presidente del sector de la Administración Local de dicha formación, Francisco Gómez, les señaló como principales responsables de que la edad de jubilación se haya retrasado hasta los 67 años.
En palabras del dirigente de CSI - CSIF, los sindicatos de clase se comportan “como si hubieran ganado la guerra”, cuando en realidad “deberían tener vergüenza de continuar apareciendo en los medios de comunicación”.
Y es que, en su opinión, son los grandes provocadores de que la reforma laboral planteada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero haya logrado ver luz ver. “Deberían estar escondidos hasta que a los trabajadores españoles se les olvide lo que han hecho”, aseguró.
Además, preguntó a estas formaciones sindicales si durante el desarrollo de las conversaciones con el Ejecutivo central “hablaron solo de la reforma o de las subvenciones anuales que cada año se llevan”, pues recordó que en 2010 recibieron “unos 250 millones de euros”.
Al hilo de estas palabras, también inquirió sobre si se había tratado el recorte salarial del cinco por ciento aprobado a los empleados públicos. “Dudo mucho de que algún día recuperemos ese dinero”, lamentó.
De igual modo, recordó la congelación que sufrió el salario de los funcionarios. “Desde los años 80 hemos perdido gran parte de nuestro poder adquisitivo”, subrayó, “¿dónde estaba Zapatero cuando me presenté a las oposiciones?”.
No acabaron ahí sus críticas, pues comparó la situación que vive España con la de otros países de la Unión Europea. “En Francia intentaron retrasar la edad de jubilación de los 60 a los 62 años y el pueblo se echó a la calle. Tal vez no seamos tan europeos como creemos, porque lo que ocurre en nuestro país no tiene precedentes”.
Campaña de protesta
A lo largo de su intervención ante los medios de comunicación locales, Gómez anunció que a partir del próximo 21 de febrero su sindicato iniciará una serie de protestas contra las últimas decisiones del Gobierno en materia laboral.
Pese a que no precisó en qué consistirán las movilizaciones, sí señaló que aprovecharán la cobertura del periodo electoral de los sindicatos.
“Nuestro objetivo principal es devolver la dignidad a los funcionarios”, apuntilló, “Zapatero nos ha tratado como si nosotros fuéramos los principales causantes de la crisis”, lamentó.
Por tanto, no le restó más que añadir que se sentía “orgulloso” de ser empleado público “pese a la actitud del Gobierno y los sindicatos de clase”