La institución aprovechó el Día Mundial del Voluntariado para otorgarles un obsequio.
Cruz Roja celebró ayer el Día Mundial del Voluntariado en su sede. La entidad ofreció un desayuno a algunos de sus colaboradores, pero además aprovechó la ocasión para reconocer a algunos de sus socios más antiguos. Un diploma y un libro sirvieron como obsequio para que cuatro de los colaboradores de la institución sintieran recompensado el esfuerzo que durante años han dedicado a Cruz Roja. Los reconocidos fueron Mario Carcientes, Manuela Orert, Nicolás Fernández y Gerardo Parra. Todos ellos llevan años vinculados a la entidad, en diferentes ámbitos. Manuela Orert, por ejemplo, explicó que su madre ya era socia de Cruz Roja y que cuando ella falleció tomó el testigo. Así, esta mujer es un ejemplo de la solidaridad que muchas personas ofrecen a través de esta institución, que el año pasado ayudó a dos millones de personas en España.