El Ministerio del Interior condecoró ayer a los ocho guardias civiles¡ (cinco de Melilla) imputados por la supuesta ‘devolución en caliente’ denunciada por la ONG Prodein en la valla de Melilla el 15 de octubre de 2014 y que la Audiencia Provincial de Málaga archivó definitivamente el pasado 5 de abril.
Todos recibieron la Cruz al Mérito de la Benemérita con distintivo blanco durante la celebración del 172 aniversario del Instituto Armado en Valdemoro. En el acto también fue galardonado el coronel Ambrosio Martín Villaseñor,(ahora en la reserva), que hasta enero de este año estaba al mando de la Comandancia de Melilla. Él también estuvo imputado por las ‘devoluciones en caliente’.
El acto de imposición de medallas ha reabierto la polémica que parecía acallada tras el nombramiento de Francisco Marhuenda como comisario honorario de la Policía. Quizás por eso se celebró casi en la clandestinidad. Cuando saltó la noticia, ayer a media mañana, este periódico se puso en contacto con el Ministerio del Interior y con la Dirección General de la Guardia Civil para confirmar la información y no hubo respuesta. Con lo fácil que habría sido para el gabinete de prensa decir: Sí, de lo que hacen, ¿para que esconderse? ¿Por qué ocultarlo? es verdad. Si tan orgullosos están.
Aquí hay dos posturas enfrentadas e irreconciliables. Por un lado, las asociaciones de guardias civiles AUGC y AEGC, que celebran la noticia porque creen que es una forma de resarcir a los agentes por todo el sufrimiento de los últimos meses. Por otro lado están las ONGs que pese al archivo del caso consideran que sí se vulneraron los derechos humanos en Melilla el 15 de octubre de 2014.
El Ministerio del Interior estaba en deuda con los guardias civiles condecorados ayer. Por eso les concedió una distinción que se otorga “por ejecutar, dirigir o colaborar en el éxito de un servicio en el que por su extraordinaria dificultad se hayan evidenciado relevantes cualidades profesionales o cívicas” o “sobresalir en el cumplimiento de los deberes de su empleo o cargo, de forma que constituya una conducta ejemplar”.
Los guardias civiles condecorados han vivido meses de desasosiego. De no ser porque en este caso estaba imputado un alto mando, ¿se habría modificado la Ley de Seguridad Ciudadana para regularizar la figura de los rechazos en frontera? Nunca lo sabremos.