El consumo de estupefacientes parece estar detrás de la agresividad mostrada últimamente por un grupo de menores acogidos en el centro de la Purísima. Estos han apedreado a varios vigilantes, han roto las lunas de las cabinas y los cristales de los coches de algunos trabajadores, además de amenazar de muerte a la cocinera, que tuvo que ser atendida de un ataque de ansiedad por ese motivo. Así las cosas, el Gobierno local estaría valorando en estos momentos derivar a esos menores a un centro donde puedan realizar terapia después de manifestar que esa agresividad no surge porque sí sino que tiene otro origen porque estos chicos deben convivir en esas instalaciones aunque algunos de ellos tienen problemas. La Consejería de Políticas Sociales quiere precisar que no se trata de un castigo a los menores, sino de una ayuda trasladándolos a lugares donde puedan recibir una terapia que les ayude a dejar su adicción. Y en ese sentido, la Unión Sindical de Trabajadores (USTM) ha manifestado este jueves que se espera que las medidas de Políticas Sociales "sean reales y efectivas", adoptándose todos los medios materiales y humanos necesarios "para que no tengamos que lamentar daños mayores". El sindicato pide igualmente a la empresa Sureste que dote al personal de material de protección, como escudos y cascos, de cara a este tipo de situaciones, altercados y enfrentamientos. "Queremos también hacer extensible nuestra solidaridad con el resto de trabajadores que se ven afectados por tan lamentable situación", señala. De hecho, la USTM ha querido dejar de manifiesto su "repulsa" por los ataques a los vigilantes. Los apedreamientos a los vigilantes de seguridad del centro de la Purísima se vienen produciendo desde hace largo tiempo pero últimamente se han recrudecido, lo que ha llevado al Comité de Empresa a hacer denuncias públicas para demandar medidas correctoras.