Uno de los diez supuestos yihadistas que fueron detenidos este martes en la operación policial desarrollada en varios barrios de la ciudad autónoma de Melilla trabajaba en un negocio situado en el Rastro. El Faro se ha acercado hasta allí este miércoles para preguntar acerca de esta persona y, aunque por motivos de seguridad no han sido comunicados detalles del arresto, ni se dirá el nombre del negocio ni de las personas que han hablado, las versiones coinciden en mostrar incredulidad ante los hechos acaecidos. Así, un hombre que estaba sentado en una silla junto al negocio, que trabaja en el Rastro y conoce al detenido de ser cliente del lugar, ha ratificado que el supuesto yihadista es una buena persona, que siempre ha mantenido “un trato cordial” con todo el mundo. Eso sí, aunque no podía “esperar” lo sucedido, no ha querido poner la mano en el fuego por él, porque, tal como ha explicado, no sabe “lo que hacía en su casa” cuando no era visto por nadie. De la misma forma, un empleado del negocio donde trabajaba el detenido en la operación anti yihadista se ha mostrado consternado porque, según ha indicado, el arrestado era, aparentemente, “una persona muy buena y muy amable” y que “siempre se ha llevado bien con todo el mundo”, con un trato muy cercano, casi de “amigo” de los clientes. A esta persona entrevistada por El Faro le cuesta creer las acusaciones que pesan sobre el detenido. Según ha explicado, está seguro de que “no es un yihadista”, hasta el punto de que pondría “la mano en el fuego por él”. “Es una persona legal, que trabajaba y hacía su vida normal”, ha afirmado. Todo parecía tranquilo en la zona esta mañana. Ni rastro quedaba ya de la operación policial llevada a cabo el martes, cuando, cabe recordar, la Policía Nacional detuvo en Melilla a diez personas, y una más en Granada, mientras que agentes marroquíes arrestaron a otras dos en la ciudad de Nador, por su presunta vinculación con Estado Islámico, en un fuerte despliegue que se desarrolló durante la madrugada con varios registros en la ciudad autónoma, según informaron a Efe fuentes policiales. Durante los registros, se confiscaron teléfonos móviles, tarjetas SIM, ordenadores y otros soportes digitales. "Los sospechosos difundían de manera intensa un discurso extremista que incitaba a formar parte de la organización terrorista", según indican las investigaciones policiales, que también demuestran, según la Policía marroquí, que los miembros de esta célula hacían "apología de la ideología extremista mediante la difusión de discursos y contenidos digitales a través de material informático y de comunicación directa", con el fin de "adoctrinar y reclutar" a adeptos en las filas de organizaciones terroristas. La misma fuente subraya que "el emir" o cabecilla de la célula tiene vínculos con una célula desarticulada de forma conjunta entre las policías española y marroquí en las afueras de Madrid y de Nador en 2019.La operación del martes "ilustra la importancia de la cooperación entre los servicios de seguridad marroquíes y sus homólogos españoles y demuestra la necesidad de la coordinación en materia de seguridad para neutralizar las intersecciones y vínculos entre las células terroristas que amenazan la seguridad de ambos países", se lee en la nota.