EL SECTOR de la hostelería de Melilla no está de acuerdo con las nuevas medidas para atajar los contagios de coronavirus. El presidente de la asociación que aglutinas al sector pone de relieve que los requisitos que se piden a los establecimientos escapan a las competencias. Con la nueva normativa, los hosteleros deberán realizar el trabajo de controladores, como apuntar nombres y direcciones de clientes para, en caso de un brote de coronavirus, tener controladas a las personas afectadas.
Es cierto que se trata de una encomienda que escapa a las labores habituales que deben realizar los empleados del sector pero también es cierto que estamos en una situación excepcional, en la que todos debemos arrimar el hombro. Tanto la Administración como los empresarios están trabajando para que la hostelería pueda seguir abierta, es un sector importante en la ciudad y ya ha sido demasiado castigado durante esta pandemia. Pero la realidad es que los contagios en Melilla siguen aumentando y es necesario tomar medidas de contingencia.
Tal vez, lo que echen en falta los hosteleros es que desde el Gobierno local se le ofrezcan los medios necesarios para poder implementar estas normas con el menor menoscabo a las empresas. El consejero del área de salud Pública, Mohamed Mohand, ya ha reconocido que las nuevas normas son un golpe al sector y se ha reunido con los representantes del mismo para buscar soluciones.
Está claro que la voluntad del Gobierno es que la hostelería sufra lo menos posible este nuevo revés y tendrá que conjugar cuidadosamente la economía con la salud.