Los jóvenes estudiantes de la Universidad de Granada (UGR) del campus Melilla, esperaban para ser evaluados por el médico y responder un cuestionario. Tenían un objetivo, donar sangre.
Numerosa fue la participación de los chicos quienes, en algunos casos asistieron por primera vez, a realizar este acto altruista. Javier Quiroz, estudiante de primero de Fisioterapia, explicó que quiso donar sangre porque “creo que es algo que nos puede hacer falta el día de mañana a cualquiera, a algún familiar, a nosotros mismos y nunca está demás hacerlo”.
Quiroz tuvo el ejemplo en casa, pues tanto su padre como su hermano son donantes permanentes de sangre.
Al asistir por primera vez, debió antes que nada responder a un cuestionario sobre enfermedades, estilo de vida y actividad física. A quienes aún no han donado, les insta a que “se animen, que es algo bueno y no hace daño a nadie, solo te van a sacar un poco de sangre”.
Por su parte, Sergio Caracual, también estudiante de primero de Fisioterapia, acudió por curiosidad a la jornada, “siempre he querido hacerlo, ¿por qué no?”, se preguntó. Cree que de ser una “buena experiencia” evaluaría convertirse en un donante recurrente.
Solidaridad juvenil
Miguel Ángel de las Nieves, director del Centro de Transfusión, destacó la gran participación de los jóvenes y personal del campus. Cree que hay mayor conciencia sobre la donación de sangre al haber muchos estudiantes de enfermería, fisioterapia y demás especialidades. “En general la solidaridad de la gente joven es importante, además que sean luego donantes fieles y que sigan donando durante toda la vida, es relevante”, dijo.
De acuerdo con el médico, la ciudadanía no debe temer a la donación de sangre, pues el proceso “suele transcurrir sin incidencias, salvo por algún cierto mareo y normalmente solemos cuidar a los donantes”.
Los especialistas, médicos y personal sanitario, se traslada desde el Centro de Transfusión de la Zona Centro para realizar la actividad.
Afirmó que son exigentes en las determinaciones e impiden la donación a personas, que por ciertas condiciones, no puedan hacerlo, pues prima la salud del ciudadano. “Gente que no tolera bien la donación, lo normal y recomendado es que no lo vuelva a hacer”.
Muchas personas sienten miedo a la aguja, pero destaca que, lógicamente, el material es de un solo uso, las condiciones higiénicas son predecibles y contrastadas, por lo que no hay riesgo para el donante.
De las Nieves motiva a la ciudadanía a donar sangre, pues hay que pensar que “a lo mejor algún día su familiar o su amigo o él mismo, puede requerirlo”, dijo.
Desde hace cinco años se realizan estas colectas universitarias de sangre en el campus de la UGR. Visitan la sede dos veces al año. Esta fue la novena edición y prometen no dejar de hacerlas. Fue coordinada por la Facultad de Enfermería con la colaboración del Centro de Transfusiones del INGESA y la Hermandad de Donantes de Sangre.
Las jornadas impulsan y ayudan la donación de sangre, pero De las Nieves resalta que necesitan durante todo el año que la ciudadanía done, porque la actividad no cesa. “La gente generalmente va al centro de salud voluntariamente (…) generalmente tenemos una donación cotidiana regular”.
Para ser donante los requisitos principales son tener más de 18 años, buen estado de salud, así como no tener riesgo de enfermedades tanto para él como para quien reciba la sangre.