Son las nueve y media de la mañana de este domingo 26 de diciembre y no hay ni un solo cliente en el mercadillo del polígono industrial del Sepes, de Melilla. Tras el cierre de la frontera, el rastro en el que trabajan comerciantes dedicados a la venta ambulante desde hace veinte y treinta años, vive sus horas más bajas. La única salida que ven a su situación pasa por recibir cuanto antes el permiso de la Policía Local para montar sus puestos en la calle Margallo, cerca del centro, con la esperanza de que se animen las compras.
"Lo que hay que valorar, primeramente es que hemos perdido diariamente 30.000 - 40.000 clientes que venían todos los días del país vecino y no los tenemos. Por lo tanto, son unas pérdidas muy considerables en nuestra economía. Hay que buscar otro tipo de soluciones y una que yo creo que es bastante buena es la de ir poniéndonos en diferentes sitios. Por ejemplo, la zona centro. Si nos ponemos dos días en la calle Margallo, vamos a llegar a un público que aquí no viene porque son personas mayores y la mayoría no tiene coche; no tienen cómo venir aquí al Sepes. Podemos llegar a un público más amplio y eso es una cosa que puede solucionarnos un poco el problema", explica un comerciante a El Faro.
Excepto los sábados, día en que hay algo de movimiento en el mercadillo, entre semana las ventas se han quedado muy flojas, añade este vendedor que lleva 30 años montando su puesto en el mercadillo del Sepes. Él no había visto una situación igual y tiene claro el motivo: "Es la primera vez que tenemos la frontera cerrada. Nunca había pasado eso", recalca.
"Aquí siempre se ha ganado para comer, pero si esto sigue así nos vamos a morir de hambre", comenta una vendedora mientras monta su puesto sin toldo, porque los 20 euros al día que saca de su negocio no le dan para todo. Tiene que comprar comida, pagar agua, luz y teléfono... Y ella es de los privilegiados que tiene furgoneta propia.
Como el resto de comercios de la ciudad, los vendedores del mercadillo del Sepes perdieron de golpe los 30.000 potenciales clientes que entraban a diario desde Marruecos por los puestos fronterizos de la ciudad. A eso hay que sumar que el coronavirus y la ubicación en las afueras de Melilla, no ayudan a vender porque la gente que compra en el mercadillo, a veces no tiene dinero para coger dos COA con las que llegar a los puestos que estes mes de diciembre tienen autorización para abrir todos los días, menos los viernes.
A partir de enero, el mercadillo volverá a la normalidad y abrirá de lunes a jueves y el sábado, que es el día fuerte de la semana. La única esperanza de los comerciantes es que el Gobierno local les permita montar sus puestos cada día en un barrio distinto de la ciudad, como ocurre en autonomías con tradición de venta ambulante como Andalucía, Comunidad Valenciana o Murcia.
De momento, eso es sólo una petición. La única concesión hecha por la Ciudad a los comerciantes del polígono del Sepes es la promesa de dejarlos vender dos días a la semana (martes y jueves) en la calle Margallo. Pero ninguno sabe por qué la Policía Local no ha dado las autorizaciones necesarias para que puedan aprovechar el período de ventas navideñas en el centro.
Si la cosa no mejora, los comerciantes lo tienen claro: "Habrá que irse de aquí", dicen en referencia a marcharse de Melilla aunque reconocen que ya tienen una edad para iniciar la aventura migratoria a la península.
Sin embargo, no les va a quedar más remedio. "Aquí no hay trabajo. El trabajo es siempre para los mismos. Los musulmanes son los únicos que nos compran porque los funcionarios se gastan el dinero fuera de Melilla. ¿Con qué comemos?", comentan a El Faro.
"Hay gente que lo ha tenido que dejar", explica otro comerciante, señalando los espacios en los que antes del cierre de la frontera no cabía un alfiler y ahora sobra plaza para montar más puestos.
En el último año las ventas en el mercadillo del Sepes han caído entre un 80 y un 90%, señala este vendedor, que confiesa con amargura: "La cosa está muy mal. Melilla no tiene entrada de gente. De este mercadillo vivimos 150 personas más o menos. Venir y vender 20 euros: ¿eso es dinero?"
Otra comerciante confiesa que viene al mercadillo sin ganas. "No tengo otro modo de vida. Tengo que hacerlo para tirar para adelante. Vivimos del mercadillo. Jamás vimos un año como éste. Incluso el año pasado fue mejor", añade.
La única solución que ella ve pasa por el permiso para montar los puestos dos días a la semana en el centro. "Es por probar a ver si la gente se anima. Hay personas que viven en el Mantelete o La Cañada que no tienen coche y tienen que coger dos COA para llegar hasta aquí. No vienen muchas veces porque no tienen dinero para el autobús".
"Deberían dejarnos rotar por barrios para ver si va bien", pide esta comerciante que recuerda que hace tres años, los sábados era un día fuerte de ventas. "Ahora vengo al mercadillo con depresión. No dan ganas de venir a trabajar".
"Las ventas están muy flojillas este año. No sé si será por el coronavirus, por la crisis o por la frontera. El año pasado estábamos confinados y este año no vendemos ni para comprar una botella de agua. La gente está seca, los pobres. Tienen los bolsillos vacíos", recalca otra vendedora que lleva "toda la vida" trabajando en el mercadillo.
A esta crisis hay que añadir la subida de los precios. "Ha subido todo y a nosotros también nos han subido la mercancía cuando vamos a comprar, pero como a la gente le pones un euro más y se asusta, tenemos que poner los mismos precios del año pasado, pero nos cuesta más caro. O sea, gano menos", dice.
Ella no había visto algo parecido a lo que se está viviendo ahora en el mercadillo. "Estamos en unos tiempos malos. Si nos dieran vida y no nos quitaran vida, podíamos sobrevivir", concluye.
Los comerciantes consultados por El Faro no entienden por qué no se han tirado ya para la calle a manifestarse. "Deberíamos protestar y defender nuestro pan", comentan.
La fuente y los elementos decorativos
El cierre de la frontera, el coronavirus, la lejanía del centro de la ciudad e incluso el cierre del centro comercial los domingos son factores que influyen en las ventas del mercadillo del Sepes. A eso, explica una comerciante, hay que sumar una fuente que echa agua a toda hora y que con el viento moja la mercancía que está en los puestos aledaños.
"La fuente nos está dando muchos problemas. Estamos llamando a cada dos por tres. El agua no la cortan por las mañanas y mira cómo sale. Se nos moja la mercancía", se queja otra vendedora.
También les molestan los elementos decorativos que ha colocado en la plaza del mercadillo la Ciudad Autónoma para dar sombra a los compradores y que, en la práctica, ha hecho estragos entre las furgonetas de los comerciantes cuando suben a la explanada a descargar la mercancía. Les ha llenado los vehículos de abolladuras.
"Ya le he dado un golpe a mi furgoneta porque estos palos son muy bonitos, pero esto es una explanada de venta ambulante y esto nos impide las maniobras", insiste una comerciante.
"En vez de ir en contra de nosotros, deberían ir a favor. Hemos pedido ponernos donde se pone la Feria, en las Plaza de las Culturas, en el centro; en la calle Margallo y todavía estamos esperando. No sé si la Policía Local tiene que estudiar mucho para dejarnos montar puestos en el centro".
"Melilla está muerta. No sólo este mercado. Te hablo de tiendas del centro; te hablo en general. Es una lástima. ¿Qué hacemos los comerciantes? No sé cómo no nos echamos a la calle. Nosotros somos la parte más vulnerable. No tenemos medios. Si llueve, no puedo trabajar. Si hace viento, no puedo trabajar. ¿Qué hacemos? A los que les pilla con 20 años, se van para España, para Canarias... Nosotros, las personas mayores, adónde vamos?", concluye un comerciante que peina canas.
El Ayuntamiento deberia de estudiar estas peticiones de estos comerciantes, y por lo menos durante un tiempo habilitarles un espacio en un lugar mas centrico.
DEBEN AMOLDARSE A LOS TIEMPOS YA QUE SE AVECINAN MOMENTOS DUROS Y CRUELES PARA LA ECONOMIA MELILLENSE, NACIONAL Y MUNDIAL A LA VEZ..
Nunca he entendido por qué no montan el mercadillo los viernes, y lo ponen un domingo??? A quién se le ocurre.