Las calles de Melilla no presentan el mejor aspecto en lo que a pulcritud se refiere. Al margen de la labor más o menos criticable de la empresa adjudicataria del servicio de limpieza viaria, gran parte de la culpa del lamentable aspecto que ofrecen algunas zonas se debe a la diaria actividad de individuos que se dedican a extrae bolsas de basura de los contenedores para examinar su contenido y luego dejar los restos esparcidos sobre la acera.
Ante la imposibilidad de los policías y los jueces de actuar de una manera eficaz frente a estos sujetos, la Consejería de Seguridad Ciudadana se propone crear un reglamento que ayude a solucionar ese problema y además recoja las normas necesarias para hacer posible una buena vecindad. En este documento, cuyo borrador se espera para después del verano, se recordará, entre otras cosas, que no está permitido arrojar la basura al interior de los contenedores antes de las ocho de la tarde. Si el consejero Javier Calderón consigue que se respete esta norma, los ciudadanos habremos logrado una sustancial mejora en el aspecto de Melilla ya que los individuos antes mencionados no tendrán disponibles durante todo el día las bolsas de basura para hurgar en su interior.
Ésta será una de las indicaciones recogidas en el documento que prepara la Consejería y que probablemente la Asamblea apruebe antes de que finalice el año. Con este conjunto de normas en la mano, será decisión de los ciudadanos hacer o no el esfuerzo de variar algunas de sus costumbres para contribuir a mejorar la calidad de vida en nuestra ciudad y su aspecto. Si el proyecto tiene un éxito suficiente, los melillenses habremos demostrado que no siempre hace falta una gran inversión económica para avanzar. A veces basta con desear la prosperidad de Melilla, demostrar algo de respeto y cariño a nuestra ciudad y estar dispuestos a realizar el pequeño esfuerzo de cambiar alguno de nuestros hábitos.