Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores han realizado la estación de penitencia en la que no ha faltado los sones de las bandas y las saetas
Impacientes esperaban los melillenses esta en las inmediaciones de la Mezquita del Toreo la salida de los dos pasos de la procesión de Miércoles Santo. Cientos de ciudadanos han arropado a Nuestro Padre Jesús Nazareno y a la Virgen de los Dolores, ‘Lágrimas’, a lo largo del solemne recorrido.
En un ambiente de recogimiento y con un suave olor a incienso que lo inundaba todo, los dos pasos han ido avanzando hacia Luis de Sotomayor con dirección hacia la carrera oficial por la Avenida Juan Carlos I. La talla de Nuestro Padre Jesús ha ido flanqueada por legionarios y acompañada por la Banda de Tambores y Cornetas de la Cofradía del Nazareno, que ha puesto solemnidad al recorrido procesional.
Vestido con túnica de color burdeos con bordados en color oro, la talla del Nazareno carga con la cruz sobre el hombro izquierdo. El bamboleo de las ropas y el movimiento de la melena al ser llevado en procesión ha dado la sensación a los melillenses de que la imagen caminaba.
La llegada de las imágenes a la tribuna de autoridades estaba prevista para un poco antes de las diez de la noche pero la procesión se ha retrasado porque ha habido que cambiar la corona a la Virgen puesto que se tambaleaba mucho. Nada más salir de la Mezquita del Toreo tuvieron que ajustarla aunque finalmente se ha optado por sustituirla por otra para evitar que cayera.
Velas por las lágrimas
Con un manto de terciopelo negro, la Virgen, procesionada al estilo sevillano, llevaba las velas encendidas por todas las lágrimas que se derraman en el mundo. “Es una de las imágenes más hermosas que tiene la Semana Santa de Melilla”, decía uno de los fieles que aguardaban en la avenida principal la llegada de los pasos.
A la llegada del Nazareno a la tribuna de autoridades en la Avenida I, el vicario episcopal, Roberto Rojo, le ha pedido misericordia y paciencia por cargar con nuestras culpas: “No es tu cruz, es nuestra cruz. Nuestros pecados, nuestras ruinas, nuestros desapegos”. Después de estas palabras, ha rezado un padrenuestro, al que ha seguido la saeta dedicada por Isabel Navarrete a la imagen. Los melillenses han roto en un fuerte aplauso a su término.
Consuelo de los dolores
Unos minutos después se ha acercado a la tribuna la Virgen de los Dolores, que ha sido bailada por los costaleros. Rojo ha rememorado “lo díficil” que tuvo que ser para una madre vivir la subida al calvario de su hijo cargando una cruz, lamentando los dolores que sufrió y las lágrimas que derramó por nuestros pecados. Le ha pedido que consuele nuestros dolores y ha rezado un ‘Dios te salve, María’. De nuevo, Isabel Navarrete ha cantado una emocionada saeta.
Junto a la tribuna, los portadores de la Virgen de las Lágrimas le han cantado emocionados la canción ‘Costalero’. Ha continuado su recorrido la procesión, que rememora el camino de Jesús hacia el calvario.