El lunes pasado llegaron 72 inmigrantes más a suelo melillense, que fueron seguidamente llevados al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Estos se suman a las más de 1.300 personas que viven allí, ya sea desde hace poco tiempo o incluso años, cuando la finalidad del centro es acoger de forma temporal a todas las personas que llegan.
Para poder dar cobijo a todos los migrantes que llegan, se levantaron tiendas entre la lavandería y el parque de los niños. Por otro lado, hay varias construcciones cubiertas por carpas. Internos del CETI explicaron “que huelen mal”, “hay ruido y no se puede dormir” y que si de dejan cualquier objeto personal como calzoncillos, “lo roban”.
Otra queja son las largas colas en el comedor, que según contaron son de “media hora”. Uno de los jóvenes que saltó el pasado día 19 por la valla, relató que es verdad que el CETI está lleno, pero que está “bien”. “Mi cama está en una litera de tres personas en la parte de abajo. Antes dormía en la calle y comía de la basura, así que ahora estoy bien”, describió el joven.
Lo que tienen en común todos ellos es que desean que los trasladen a la península y la única forma que tienen de pasar a centros de la les den “salida”, como ellos lo conocen.
Fuentes de el CETI explicaron que todas las autorizaciones de salida “tienen que darlas siempre la Policía”. Aseguran que la gestión de tantas personas “es complicada”, pero que están intentado hacer lo que pueden para sacar el “máximo posible de personas”.
“Las familias que entran, que suelen ser sirios, yemeníes,... no entran todos unidos. Entran primero una madre y un hijo, por ejemplo. Así que no pueden salir porque están esperando al resto. También llegan niños sin pasaporte y hay que hacerles la prueba del ADN. Todo este tipo de situaciones retrasa la salida”, explicó la fuente.
“Es verdad que la situación ideal no es la de ahora, pero Melilla no tiene otro centro ¿Qué hacemos entonces con todos los que sobran? ¿Los dejamos en la calle? Hay que plantearse eso ¿Dejamos a gente sin una atención médica, sin donde dormir, sin donde comer y sin nada? Creemos que eso sería peor”, declaran desde el centro.
Por otro lado, desde el CETI quieren dejar claro que la salida “no es un derecho, lo tiene que autorizar la Policía y esta tiene que estudiar caso por caso. Son muchas cuestiones que hay que tratar”. “La situación es la que hay, antes estábamos mejor y ahora peor porque hay mayor ocupación”, concluyen las fuentes del CETI.
El TS fijará jurisprudencia sobre la ‘salida’
A final de septiembre, el Tribunal Supremo aceptó sentar jurisprudencia para resolver de una vez si los migrantes que ven admitida a trámite su solicitud de protección internacional en Ceuta o Melilla tienen libertad de movimiento por el territorio nacional, como han venido sentenciando repetidamente los Tribunales Superiores de Justicia de Andalucía y Madrid, o si tiene razón el Ministerio del Interior en obligarles a quedarse en las ciudades autónomas mientras se finiquita el procedimiento.
Por su lado, el Defensor del Pueblo “mantiene su recomendación, formulada por primera vez en 2013, de impartir instrucciones para que se autoricen los traslados de los solicitantes de asilo desde estos centros a la península. La Institución defiende que los solicitantes de asilo tienen derecho a circular por todo el territorio español. El criterio coincide con sentencias dictadas por TSJ de Madrid y por el TSJ de Andalucía que reconocen el derecho de los demandantes de asilo a trasladarse a la península”.