El historiador y escritor melillense Carlos Sánchez estuvo el pasado fin de semana en Tetuán, donde tuvo la oportunidad de participar en dos actos.
En el primero, el viernes, en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Abdelmalek Essaâdi, dentro del máster ‘Marruecos-España-América Latina: comunicación y gestión cultural y diplomática’ -coordinado por el hispanista, poeta y catedrático de Literatura Abderrahman El Fathi-, Sánchez habló de las relaciones entre España y Marruecos “con total normalidad”, algo que, según cuenta, los presentes lo agradecieron. “Era la primera vez que un historiador les había hablado con tanta objetividad y honestidad de una historia compartida que tuvo momentos de conflicto, como todas las relaciones entre vecinos, pero también una relación de convivencia y de puntos en común, que son los que debemos afrontar”, explica Sánchez.
El historiador fue recibido con todos los honores -de manera “espectacular”, según su definición- por el equipo del Decanato de la Universidad y sus profesores. También se acercó hasta allí Omar Dudú, compañero del melillense en el colegio La Salle y con quien, desde el primer reencuentro en 1989, estando los dos en Rabat, ha seguido en contacto. Así, Dudú quiso hacerse una foto con él como aquella que se hicieron juntos hace 64 años. Además, acudió acompañado de representantes de asociaciones de la comunidad musulmana en Ceuta que aprovecharon la ocasión para saludar al líder melillense y asistir a su presentación. Durante esos 64 años han seguido manteniendo contacto porque es un historiador, también, que en su Fundación El Funti de Nador tiene una biblioteca especializada en la historia de Marruecos y España y tiene la intención de organizar un gran encuentro entre escritores de los dos países interesados en esa historia común.
Según Sánchez, se trató de un evento importante porque los marroquíes “agradecen cuando se habla de esa historia común con total normalidad, destacando los momentos de crisis, pero, sobre todo, interesados en ese futuro común que tenemos”.
El salón se llenó de gente para la ocasión. Para sorpresa del historiador, no solamente había alumnos del máster, sino que también había alumnos de Filología Hispánica, licenciados, funcionarios, abogados y todo tipo de profesionales que se habían matriculado en un curso que considera “de gran interés”.
Sánchez asegura que la Universidad, mediante el departamento de Filología Hispánica, apuesta por fortalecer las relaciones y los lazos de amistad entre los dos países, sobre todo a través de la cultura.
La feria del libro
Un día después -el sábado-, aprovechando su estancia en esa localidad marroquí, Sánchez fue invitado por el Instituto Cervantes de Tetuán para participar en la feria del libro de la ciudad junto a otra escritora española, Rebeca García, una médico de Alcázar de San Juan que está casada con un rifeño.
En el evento, moderado por el escritor Abdelhalak Najimi, él presentó allí su libro ‘La cantinera de Monte Arruit’ y ella, otro -‘Camino pedregoso’- que trataba el episodio del Protectorado desde otro punto de vista: una familia rifeña durante esa época. Y es que, aparte de hablar de los libros en sí, se trató sobre lo que significó el Protectorado español en Marruecos (1912-1958).
Tal como Sánchez lo explica, “se habló con total naturalidad de un período común que tuvo sus luces y sus sombras”, ya que, “aunque parece que la bibliografía se centra más en esos episodios tristes -aunque importantes- como fue el Desastre de Annual, el Protectorado fue mucho más”. “Ahí dejamos muchas cosas”, apunta.
Según el escritor melillense, el hecho de que se diesen dos versiones de la historia -siempre con un punto de encuentro común- fue algo que impactó a los marroquíes allí presentes, entre quienes había escritores y periodistas, así como algunos conocidos del escritor, como dos sobrinos del ex embajador de Marruecos en Madrid, Abdeskan Baraka, perteneciente a una familia con la que le une una gran amistad.
También allí, adonde igualmente acudió Omar Dudú, dispensaron a Sánchez, afirma, un trato “espectacular”. Uno de los presentes incluso propuso que Marruecos hiciese una película sobre ‘La cantinera de Monte Arruit’ y que en España se hiciese otra sobre el libro de Rebeca García, de manera que se pudieran conocer las opiniones desde las dos vertientes, es decir, que en Marruecos se conociese a versión española y en España se conociera la versión marroquí. Fue esta una idea que caló hondamente en el auditorio.