La diputada de la Asamblea de Madrid por el PSOE y activista por los derechos del colectivo LGTBI, Carla Antonelli, es la galardonada con el premio Neus Casas 25N, organizado por el PSOE de Melilla, en reconocimiento por su lucha por la igualdad, especialmente por los derechos de las personas transgénero. La primera edición de este galardón fue para el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. El acto de entrega será mañana en el Palacio de Exposiciones y Congresos y tendrá entrada abierta a la ciudadanía. La activista reconoce a este periódico que se muestra agradecida por que en Melilla se haya pensado en ella para este premio.
–¿Qué supone para usted recibir el premio Neus Casas 25N?
–Desde luego, y sin ninguna duda, un auténtico honor que compañeras y compañeros del PSOE de Melilla hayan pensado que reciba este premio y, sobre todo, habiéndoselo entregado el año pasado a José Luis Rodríguez Zapatero. Además, este galardón con el nombre que lleva, Neus Casas, que fue una mujer excelente para el PSOE de Melilla y siempre muy comprometida con los derechos de los ciudadanos. Al final una se tiene que rendir ante tal compromiso.
–¿Y cómo es recibirlo en Melilla? ¿Ha estado alguna vez en la ciudad autónoma?
–Estuve en Melilla hace muchísimo tiempo. Tengo pocos recuerdos, pero aún así este tipo de situaciones provocan mucha emoción y una se pregunta y reflexiona qué ha hecho para merecer esto. Al final, las conclusiones a las que una llega son inevitables, y es que lo único por lo que se ha luchado es por sobrevivir, resistir y saber que no ha sido fácil a lo largo de los años.
–¿Cree que se ha avanzado en derechos para el colectivo LGTBI?
–Son cuarenta años de democracia y en esta misma había leyes que perseguían a las personas transexuales, nos encarcelaban las propias legislaciones. No es ninguna tontería haber superado toda esta situación. Un sector de la sociedad que no llegó a entender al colectivo LGTBI, y en concreto al trans, hizo que no viésemos nuestros derechos reflejados. La sociedad no cambió en el año 1977 cuando fueron las primeras elecciones. Hasta el año 1981, estábamos penadas con cárcel si nos realizábamos una cirugía en los genitales, y hasta en el año 87, cuando se nos podía acusar de escándalo público. En los años 90 ya empezamos a ver legislaciones en parejas de hecho y no fue hasta el 2005, con la ley del matrimonio homosexual de Zapatero, o en 2007 con la Ley de Identidad de Género en la que se reflejaba que no se necesitaba de cirugía genital para poder modificar los datos personales, cuando comenzamos a avanzar. Ahora tenemos en el Congreso de los Diputados la reforma para la despatologización.
–¿Hay ahora una mayor visibilidad de la lucha trans?
–Sí, sin duda. La historia del movimiento LGTBI es la que es. Desde los disturbios de Stonewall de 1969 en Nueva York, con una mayoría de personas trans, se iniciaron las revueltas por nuestros derechos. También se recuerda aquella manifestación de Barcelona en el 77, donde en las pancartas se daba visibilidad a la lucha trans. Sin embargo, no fue hasta los años 90 cuando tomamos conciencia de nuestra existencia. Este país se despertó un día y se dio cuenta de la situación, también de los niños trans, cuando la gente pensaba que esto era un tema de mayoría de edad. A los 16 años no es cuando se nos ilumina el camino. Por desgracia, hemos visto autobuses de la vergüenza. Han salido a la calle para atentar contra niñas y niños que son a los que más debemos proteger. Estas campañas no han pasado sin alguna víctima, porque en los colegios se han producido situaciones violentas, cuando ya había niñas y niños integrados. No es normal que se levanten las faldas o se bajen los pantalones para ver qué tienen. Esto es producto directo de estas campañas.
–¿Cree que está calando mucho el discurso de Hazte Oír?
–Esto afecta de una manera positiva y negativa. Me explico: las personas que hemos llegado hasta aquí, hemos sido una resistencia. Lo negativo llega a ser positivo. Tiene su parte mala por esa discriminación, pero su parte positiva porque estamos ahí. Todos estos derechos son susceptibles de que nos sean arrebatados, pero evolucionamos dentro de nuestra propia evolución. Nadie nos ha regalado nada, pero ha habido apoyos por parte de formaciones políticas como mi partido. La parte positiva es que estamos para defender con uñas y dientes todo aquello por lo que tanto hemos luchado. Siempre iremos de frente y no hemos llegado hasta aquí para retroceder o escondernos debajo de las piedras, que es precisamente lo que algunos pretenden con la técnica del acoso.
–La lucha trans también está dentro del movimiento feminista (el transfeminismo). Sin embargo, dentro del movimiento a veces se ven comentarios tránsfobos. ¿Usted cree que existe discriminación dentro de la lucha de las mujeres?
–Me alegra de que se hable de varios feminismos, y de que no existe uno en mayúsculas. El feminismo en España nos recibió con los brazos abiertos y nos invitó a portar pancartas el 8 de marzo. De hecho, y por primera vez, las mujeres trans íbamos con pancartas en la cabecera. Yo tuve el honor de estar allí, bajando por la calle Atocha. En cuanto a la transfobia, estaríamos hablando de una serie de personas específicas que creo que tienen inseguridades personales que no han canalizado. Esto se ha convertido en odio hacia otras personas. Tengo que decir que grandes referentes del feminismo nos apoyan y saben que no hay debate: las mujeres trans somos mujeres y punto. Por ejemplo, hemos visto a Angela Davis que estuvo en Madrid y habló de las mujeres trans y todas nosotras estamos integradas en el feminismo: las negras, las gitanas, las pobres, las africanas y las trans.
–Como miembro del PSOE, supongo que confía en el Gobierno de Pedro Sánchez como garantía de los derechos LGTBI.
–¿Qué quieres que te diga que no puedas imaginar? [risas]. Considero y afirmo que el Gobierno de Sánchez muestra día a día que es de izquierdas. Cuando el PSOE se compromete con las políticas de izquierdas es cuando recibe todos los apoyos. Como he mencionado antes, en el Congreso de los Diputados te encuentras con la reforma de la ley de 2007 para despatologizar nuestra identidad. Una vez más, el Partido Popular ha querido meter una enmienda para desnaturalizarla.
–¿Cuál cree que deben ser los principales factores para evitar la transfobia en la sociedad ?
–Uno de los caminos por los que tenemos que pasar es por la pedagogía y la concienciación de la propia existencia y para crear una sociedad donde se respeten las diferencias que nos enriquezcan. Tenemos que seguir construyendo baldosas para que esta ‘utopía’ deje de ser así. No queremos más que la igualdad, no pedimos más que nadie. Lo que pasa es que para algunos sectores, el poder estar en igualdad de condiciones ya es mucho pedir. Aún así, vamos avanzando mucho en las leyes.