Melilla contará con un centro de atención a personas con discapacidad física grave, gracias a la decisión del Gobierno central de habilitar la antigua Residencia de Mayores de Polavieja para esta iniciativa. Que supondrá una inversión de más de dos millones de euros y que permitirá a Melilla contar con un servicio especializado en este tipo de discapacidad de forma integral.
Con este nuevo centro se prevé la creación de unos 40 puestos de trabajo que se unen a los 35 creados hace unas semanas con la puesta en marcha por parte del IMSERSO del servicio de teleasistencia y ayuda a domicilio.
La noticia no puede ser más positiva, ahora bien, cabe preguntarse el porqué de esta duplicidad de servicios en una competencia que está transferida a la Ciudad Autónoma y que mediante un convenio de cogestión entre el Gobierno central y la misma administración autonómica y central, debería tender a centralizarse en una sola Administración, la melillense, y no a diversificarse de manera que se dupliquen o soslayen las actuaciones.
Sólo la tentación por utilizar con fines partidistas un sector tan sensible como el encuadrable en los beneficiarios de la Ley de Dependencia permite explicarlo.