El joven saharaui pone punto y final a la protesta que comenzó el pasado 1 de febrero. Se retira para que Delegación “pueda meditar sobre su caso sin presiones”.
Brahim Lambarki, el joven saharaui que durante un mes ha protagonizado una protesta ininterrumpida frente a la sede de la Delegación del Gobierno de Melilla para evitar ser expulsado de España, dijo ayer 'basta' y anunció que ponía punto y final a la huelga de hambre que comenzó el pasado 1 de febrero.
Según señaló el afectado a El Faro, finalizó su protesta con el fin de dar un margen de tiempo al Gobierno central para que reconsidere su decisión y pueda quedarse en el país. Además, recalcó que en breve presentará en Delegación un certificado expedido por la República Árabe del Sáhara en el que se garantiza que nació en El Aaiún, ya que Lambarki tiene pasaporte marroquí, al no estar reconocido su lugar de origen como nación independiente. Además, precisó que dicho documento ya le ha sido enviado y que debería recibirlo en breve, posiblemente hoy.
El ayuno que ha mantenido el joven durante 23 días le ha pasado factura, pues salta a la vista que ha perdido varios kilogramos de peso en estas semanas y que su estado de salud es bastante delicado, pues incluso necesita algo de ayuda para andar con normalidad. Ya en la madrugada del miércoles al jueves, cuando decidió concluir su huelga de hambre, comenzó a comer para recuperar fuerzas gradualmente.
La esperanza de este joven reside ahora en poder desplazarse a la península, en concreto a Ciudad Real, donde afirma que le esperan familiares que podrían proporcionarle un puesto de trabajo. Asimismo, señaló que su deseo es poder iniciar estudios de Medicina en España y algún día regresar al Sáhara para ayudar a su pueblo.
Por el momento, ese sueño deberá esperar, pues desde la Delegación del Gobierno de Melilla aún no han anunciado qué ocurrirá con Lambarki. En declaraciones realizadas a este periódico, el gabinete de prensa de dicha institución indicó que habrá que comprobar qué clase documentos aporta el joven saharaui y si estos variarán su situación legal en España.
El máximo representante de la ONG Prodein, José Palazón, señaló a El Faro que si el afectado no es considerado como ciudadano marroquí por el estado español, podría volver a ingresar en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de la ciudad, del cual fue expulsado a finales de enero, cuando comenzó a tramitarse su repatriación.
No en vano, Lambarki aseguró sentirse “muy confiando” en que su situación dará un vuelco y conseguirá quedarse en España. Sobre el tiempo que ha pasado en la Plaza de España, señaló que han sido días duros, sobre todo al comienzo de su protesta, pues se vio obligado a dormir en un banco hasta que un conocido le cedió una tienda de campaña de pequeñas dimensiones para pasar la noche, así como mantas para combatir el frío.
Además, reseñó que desde que comenzó sus reivindicaciones fue agredido en varias ocasiones “por ciudadanos marroquíes”, hasta el punto de que se vio obligado a retirar la bandera del Sáhara que enarboló en la plaza al comienzo de su protesta.
En definitiva, el joven saharaui abandonó ayer la que ha sido su casa desde hace un mes, con la firme esperanza de que su caso quede solucionado en breve. Confianza en ello no le falta, según insistió en la jornada de ayer, al tiempo que afirmó que se iba para que la Delegación del Gobierno pudiera tomar una decisión sin presiones.
Maniobra de retirada
La postura del joven hace pensar en un inminente anuncio de la Delegación del Gobierno sobre su situación, aunque por parte de esta institución se insiste en que habrá que examinar la documentación que aporte Lambarki.
La maniobra recuerda a la que realizaron los integrantes del colectivo de la República Democrática del Congo la semana pasada, quienes comenzaron a levantar el campamento de protesta instalado frente a la Delegación del Gobierno momentos antes de que se anunciara su traslado a la península. En lo minutos previos a esta noticia, señalaron que se retiraban para dejar meditar al Gobierno sin presiones, lo mismo que señaló ayer Lambarki.