Ayer El Faro publicó una importante información venida de la Comisión Europea sobre un asunto de vital importancia para nuestra ciudad.
La prohibición del Gobierno central, siguiendo recomendaciones de la Organización Mundial de Sanidad Animal, de importar borregos procedentes de Marruecos tras el brote de fiebre aftosa declarado en ese país causó una gran polémica en Melilla. Fueron muchos los que se opusieron a la medida, considerando que no había riesgo de contagio por el hecho de traer corderos del país vecino. Sin embargo, la orden se cumplió y en la celebración del Aid El Kebir se sacrificaron borregos traídos de la península.
La Comisión Europea ha señalado que, aunque Melilla no dependa en estas cuestiones de Bruselas, sí lo hace de la citada organización mundial, cuyas normas establecen adoptar estas medidas de precaución cuando se declaran infecciones de este tipo en países exportadores de productos animales.
Según la Comisión, “un problema de salud animal en Melilla y Ceuta afectaría al correspondiente estatus de España de oficialmente indemne de enfermedades como la fiebre aftosa”.
Ayer, el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, afirmó que las instituciones comunitarias avalan el veto a la entrada de corderos marroquíes, por lo que espera que esa declaración de la Comisión publicada por El Faro “abra las entendederas” a Coalición por Melilla (CpM), partido que se muestra muy beligerante con la prohibición dictada desde las instituciones comunitarias.
Ayer, la diputada cepemista Dunia Almansouri mostró sus dudas sobre la decisión de la Comisión, pues en su declaración esta institución ve “muy probable” que la entrada en Melilla de borregos criados en Marruecos afecte a la condición de país sano del conjunto de España. La palabra “probable” es, a ojos de CpM, una muestra de duda por parte del Ejecutivo comunitario.
No obstante, las recomendaciones son claras. Si la UE considera que la compra de borregos a un país afectado por la fiebre aftosa implica un riesgo de expansión de la enfermedad, toda precaución es poca.