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Melilla recibe escasa ayuda de otras regiones para acoger a menores extranjeros
El hecho de ser una ciudad fronteriza nos sitúa en el centro de los problemas derivados de la inmigración irregular. A estas alturas, todos tenemos claro que la frontera es permeable y que van a seguir accediendo a territorio melillense menores extranjeros no acompañados en busca de dar el salto al sueño europeo.
Actualmente, el Gobierno local tiene bajo su tutela más de 700 de estos niños. Los centros de acogida llevan largo tiempo desbordados y nada hace presagiar que se pueda atender en mejores condiciones a estos menores. En La Purísima hay más de 500, cuando sus instalaciones están preparadas para albergar a menos de la mitad. La situación era y continúa siendo desesperada.
La cuestión de los niños de la calle es un problema de Melilla y de Ceuta, cierto. Pero más claro está aún que también constituyen un problema a nivel nacional, pues estas dos ciudades no pueden hacerse cargo de todos los menores que consiguen entrar en suelo español procedentes de Marruecos.
Ayer, el consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, quien hace semanas había solicitado a otros gobiernos regionales ayuda para que se hicieran cargo de parte de estos niños. Sin embargo, sólo La Rioja ha respondido afirmativamente, y acogerá a un número muy reducido: sólo cinco o seis.
Como ya se ha apuntado, este asunto no concierne solamente a las dos ciudades autónomas en el norte de África, sino a las autoridades del Estado. Y tienen que tomar cartas en el asunto ya.
No podemos mirar hacia otro lado cuando los centros de acogida de Melilla están totalmente desbordados. El Gobierno de la nación y los de las autonomías, cualquiera que sea su signo político, deben prestarnos ayuda. Y nunca hay que dejar de recordar a Marruecos que cumpla los convenios firmados en esta materia.