Como hacía ya años, los melillenses han comenzado su particular Romería del Rocío la tarde de antes. Una tradición que la Ciudad junto a la Cofradía del Cautivo ha decidido recuperar tras casi una veintena de años, y cuyo hábito es iniciar la peregrinación la tarde previa y pernoctar en los pinares de Rostrogordo.
Algunos rescataron ayer sus trajes de rocieros y rocieras, otros crearon sus propias carretas. Aunque también los hubo que customizaron sus vehículos para la ocasión y así poder sumarse una vez más a una celebración a la que pocas veces han fallado. Lo cierto es que muchos melillenses reconocieron que están muy contentos con la decisión de recuperar este hábito.
La tarde comenzó en la Iglesia de Santa María Micaela, donde se congregaron centenares de melillense. Ahí, entre sevillanas y cantes al compás de una guitarra y un cajón, tuvo lugar la tradicional misa rociera, que dejó muy pendientes y animados a todos los presentes en el templo.
Tras los cultos, los hermanos de la Cofradía del Cautivo, ayudados por muchos devotos de la ciudad, sacaron el ‘simpecado’ de la Virgen del Rocío para subirla en la carreta blanca.
De esta forma, con la salida de la Virgen, se dio por iniciada la Romería de Melilla, con la presencia de centenares de personas que arroparán a la imagen de la santa en una peregrinación que se inició desde el barrio de Victoria hasta los pinares de Rostrogordo.