Este martes empezó un nuevo curso escolar en Melilla, el tercero desde que comenzó la pandemia del coronavirus. Pero éste vuelve a la presencialidad plena y con el horario completo, de 9:00 a 14:00 horas. Aunque en septiembre los colegios tendrán el horario de verano, es decir, hasta las 13:00 horas. El Faro se desplazó al colegio La Salle para ver cómo estaba siendo la vuelta a las aulas. Pudimos hablar con algunos peques, sus padres y algún abuelo.
"Estoy muy nerviosa porque es el primer día y empezamos un nuevo curso", dijo Naila. Destacó que van a estar ya todos juntos en la clase. Otro alumno que está esperando junto a su madre para poder entrar es Omar. Él no tenía muchas ansias de empezar como todos los demás, "porque el verano ya se ha acabado y no vamos a poder tener mucho tiempo libre para hacer nuestras cosas", reconoció. "Si el covid va bien y no empeora podremos seguir en la misma clase todos", agregó este niño.
El nieto de Paco "viene preparado y viene contento", así lo contaba su abuelo a micrófono después de dejarlo en su primer día del curso. "Con mis hijos no pude hacerlo por trabajar y ahora que estamos más sueltos, pues venimos la abuela y yo a por él encantados", comentó.
Por otro lado, una madre comentó a este diario que sus hijas ya tienen ganas de "volver a lo de antes" del coronavirus. Se llama Isabel y dijo que su pequeña le estaba diciendo antes de entrar que le latía el corazón "muy fuerte". "Con eso te lo digo todo, tienen muchas ganas, sobre todo para juntarse con todos sus compañeros, me preguntan mucho si van a ir al recreo, si ahí van a tener que llevar mascarilla... tienen muchas ganas de volver a lo de antes", explicó.
Las familias también creen que 'la vuelta al cole' es importante para la rutina, así lo expresaba Isa, otra madre que estaba a las puertas de La Salle en este primer día. "La rutina es muy necesaria, porque después del verano hay que empezar otra vez de cero", añadió.
Los niños confesaron que ha habido muchos nervios y mucha ilusión por volver después del verano. En este sentido, no a todos les gusta dejar esas actividades y juegos que hacían en vacaciones, pero para muchos la vuelta a las aulas significa también volver a ver a sus amigos, y más ahora que con el horario completo y de forma presencial pueden volver a ver a los compañeros con los que no coincidieron el pasado año.
Responsabilidad y tranquilidad
La pandemia del coronavirus aún está presente pero todos inciden en que, a pesar de que hay que seguir teniendo responsabilidad y cuidado, hay que tratar de hacer la vida como siempre. En este sentido, Isabel comentó que "ya estamos un poquito cansados y tenemos que vivir, respetando las medidas todo lo posible pero no podemos quedarnos como ermitaños toda la vida".
Esta mamá estaba contenta porque vio que el pasado curso fue muy bien con las medidas que se tomaron con esa semipresencialidad. "Hubo contagios en su clase y no se contagiaron entre ellos, lo hicieron muy bien el año pasado, y las medidas fueron estupendas, a ver si este año funciona igual de bien", insistió Isabel, a la vez que señaló su confianza en el protocolo antiCovid y en el claustro del colegio de sus hijas.
La mascarilla es obligatoria pero es un complemento que ya tenían que llevar el pasado curso. "Es muy agobiante, pero, bueno, es lo que hay", indicaba una niña.
Las familias son conscientes de que no hay que tener "ningún reparo con la pandemia" porque "es algo que nos va a acompañar durante muchos años y tenemos que habituarnos a vivir de una manera diferente". "Va a ser como una gripe, pero hay que pasar un proceso y estamos en ello, yo estoy tranquila", concluyó otra madre.
La enorme irresponsabilidad de los políticos no tiene parangón alguno. Y no la tiene porque la realidad y sus datos muestran una tozudez que las hace a nada que reflexionemos sobre ello, inapelable. La variante india ha ha multiplicado por cuatro las muertes del año pasado en verano, todo ello a pesar de tener vacunada a más de la mitad de los españoles. La mutación delta es muchísimo más contagiosa que las anteriores. Otros países que lograron altísimas cotas de vacunación antes que nosotros están también sufriendo efectos devastadores por dicha variante e incluso ya han programado una tercera dosis. Pasado dos años de la aparición del maldito virus chino seguimos sin encontrar un tratamiento eficaz. Pero nuestros gobernantes progres y populistas desde antes del verano ya empezaron a relajar las medidas preventivas como el uso de mascarillas en espacios abiertos. Ahora, nos hablan ya de llenar los estadios o casi. Al parecer ninguno de ellos se ha informado de lo ocurrido en Tokyo tras los Juegos Olímpicos. Y ahora se atreven con lo más sensible de una sociedad: sus niños ( porque de lo hecho con los abuelos espero que alguna vez respondan ante un juez). Particularmente en Melilla donde como todos sabemos hay una sobresaturación de la ratio y faltan instalaciones escolares en todos los niveles. Claro que ya nos han contado lo de los 25 alumnos en Primaria, por ejemplo, sin mostrar a nadie como 25 alumnos en las nuevas aulas LOGSE están a una distancia unos de otros de menos de un metro en un espacio que por muy ventilado que esté es un espacio cerrado.
Ojalá me equivoque y todo salga bien y no tengamos que lamentar nada a nivel de salud. A nivel educativo, con la LOMLOE en marcha, permítanme, que sea muchísimo más pesimista.
Es una modesta opinión de quien durante más de 41 años ha sido docente.