Son los arrestados en la ‘operación Javer’. Les piden entre 10 y 12 años por captar combatientes para Al Qaeda
Hoy comienza en la Audiencia Nacional el juicio a seis presuntos yihadistas detenidos en 2014 en Melilla en la llamada ‘operación Javer’. Se les acusa de captar combatientes marroquíes y españoles para Al Qaeda con el fin de atentar en el Magreb o “en suelo occidental”, hechos por los que se enfrentan a 10 y 12 años de cárcel.
La principal acusación, por un delito de integración en organización terrorista, se dirige contra el considerado “promotor” de esta red, Mustafa Al Lal Mohamed, ‘Doberman’, para el que la Fiscalía solicita 12 años de prisión.
Penas solicitadas
Para los otros cinco (su lugarteniente, Rachid Abdelnahet Hamet; Kamal Mohamed Driss, Mohamed Mohamed Benali, Benaissa Laghmouchi Bagdadi y Mustafá Zizaoui Mohand) la acusación reclama 10 años.
En sus conclusiones provisionales, la fiscal Dolores Delgado sostiene que los seis integraban “una estructura localizada en Melilla que desarrollaba, bajo el ideario yihadista, labores de captación, radicalización, adoctrinamiento, financiación y posterior envío de voluntarios yihadistas” para Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI) y cometer acciones terroristas en zonas de conflicto o en suelo occidental.
Captación de combatientes
La búsqueda de los combatientes se centraba fundamentalmente en jóvenes procedentes del Ejército o de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. De hecho, dos de los acusados, Kamal Mohamed Driss y Mustafá Zizaoui, y un tercero captado por la red (Zakaria Said, que podría haber fallecido en Mali), abandonaron el Ejército español tras el proceso de captación.
Las labores de adoctrinamiento se realizaban a través del aparato mediático Sharia4Spain y de reuniones, compaginándolo con actividades de entrenamiento personal y físico “que les cohesionaba como grupo y les otorgaba una fuerza necesaria para la misión que debían cumplir”.
Los miembros de la célula mostraban además “un inusitado interés en la fabricación de explosivos en el desarrollo de armas biológicas o químicas”, destaca la fiscal.
Dos de los captados, Benaissa Laghmouchi y Zakaria Said, llegaron a viajar a Mali junto a tres miembros de la célula marroquí y al llegar a la ciudad de Gao fueron recibidos por responsables del grupo terrorista Mujao.
Posteriormente, Benaissa regresó a España para continuar con las labores de captación, mientras que de Zakaria “existen dudas” de su posible fallecimiento
Detectados en 2005
La actividad de este grupo se detectó en 2005 en el entorno de la mezquita Assalam, en el barrio de La Cañada, y Mustafá Al Lal era el que determinaba el ideario, las reuniones y la actividad de cada uno de los miembros.
Tenían además su propio sistema de financiación que les otorgaba “recursos para dedicarse casi en exclusiva a las actividades yihadistas, y medios para desplazarse a zonas de conflicto”.
Una de las actuaciones más relevantes de esta célula fue la creación del aparato de propaganda para la captación Sharia4Spain, la rama española del movimiento global Sharia4.
A través de esa web lanzaban mensajes a sus adeptos y amenazas, entre ellas a los tres cooperantes españoles secuestrados por Al Qaeda en el Magreb Islámico, a los que calificó de “cooperantes invasores pagados por los tagut para espiar”.
También distribuían material “dirigido a militares de religión musulmana a las que se les pone de manifiesto la contradicción de pertenecer a una organización que 'ocupa tierras musulmanas y es causante de sufrimiento”.
En el registro del domicilio del líder de la célula fueron hallados numerosos documentos, entre ellos uno titulado ‘La Reconquista de Al Ándalus’, en el que AQMI llama a los musulmanes a “luchar por cada palmo de las tierras usurpadas”, haciendo alusión “al paraíso perdido”.
Manuales para el combate
En su ordenador guardaba también manuales para el combate, de preparación de armas biológicas, y de justificación de “operaciones de martirio” (acciones suicidas).
Los seis se encuentran en prisión provisional después de que hace un año el juez instructor de esta causa, Fernando Andreu, acordara enviar de nuevo a la cárcel a cuatro de ellos que habían quedado en libertad diez meses antes al aparecer nuevos indicios en su contra y para asegurar su presencia en el juicio.