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El artista recibió, emocionado, el homenaje de su ciudad natal, cuyo teatro lleva ya su nombre
“Tuve la suerte de nacer en Melilla y aprendí a poder codearme con los grandes creadores de hoy en París, en Nueva York”. Con estas palabras se refirió un emocionado Fernando Arrabal a su ciudad natal, que le rindió ayer un homenaje y cuyo teatro lleva ya el nombre del creador. “Era el premio que yo más quería”, aseguró el artista. “Y más inmerecido”, añadió, desbordado por la emoción.
Acompañado por el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, el polifacético melillense descubrió una placa en el ya Teatro Kursaal Fernando Arrabal. A sus puertas, se ha trasladado un busto con su figura que anteriormente estaba en el Parque Hernández. Durante el acto, al que asistieron numerosas personalidades de la ciudad, se visionó un vídeo que hace un recorrido por la Melilla del artista.
“Desde mi infancia estuve rodeado de la modernidad en una ciudad que no es como ninguna otra”, apuntó Arrabal en su discurso, aludiendo a las creaciones que el heredero de Antonio Gaudí, Enrique Nieto, diseñó en Melilla.
Para Arrabal, este bagaje le permitió recorrer el mundo sabiendo cómo expresarse. “Con estos edificios, estaba preparado para poder escuchar a Andy Warhol o a Samuel Beckett porque era el mismo lenguaje”, apuntó el artista.
Por su parte, Imbroda destacó que, aparte de su cualidad como “genio universal”, Arrabal nunca quiso ocultar su origen. “Al revés, lo buscó con ahínco y siempre presumió de la ciudad”, señaló. Por ello, dijo que el cambio de la denominación del teatro es un “justísimo reconocimiento a su figura”.
“Gracias por lo que haces por Melilla porque nos pones en un plano internacional y siempre de manera positiva”, le agradeció el presidente.
“La Melilla que te añora”
“Hoy Melilla quiere que su futuro quede anclado al nombre de Fernando Arrabal”, subrayó por su parte la consejera de Cultura, Fadela Mohatar. “La Melilla que te añora se viste esta noche de gala para rendirse ante ti”, le dijo a Arrabal, a quien pidió que tenga siempre en cuenta a nuestra ciudad en su “fábrica de sueños, de nostalgias, de universos controvertidos”.