La noticia de la aprobación por parte del Consejo de Ministros de una partida de 14 millones de euros destinados a la Ciudad Autónoma de Melilla y que son para abonar los convenios de producción de agua y del hecho fronterizo no son una dádiva graciosa por parte del Gobierno de Pedro Sánchez. Es simplemente el cumplimiento de unas partidas que figuran en los Presupuestos Generales del Estado para 2018, que están en vigor tras dos prórrogas.
Tendríamos que encontrarnos a algún melillense que desconociera la existencia de la partida más famosa que figura en los Presupuestos de la Ciudad Autónoma. Los 14 millones de euros es una cifra ya archiconocida de tanto repetirse en los medios de comunicación. Desde hace más de un año los melillenses vienen asistiendo a una batalla dialéctica entre los dos Ejecutivos porque no olvidemos que esta polémica nació con los convenios de producción de agua y hecho fronterizo correspondiente a 2019. 14 millones de euros que se han perdido porque el Gobierno de Pedro Sánchez no cumplió con la Ciudad Autónoma de Melilla.
En diciembre de 2019, la Delegada del Gobierno, Sabrina Moh, comunicaba que la ciudad no iba a perder el dinero en materia de agua, ni de frontera, ni de menores. Moh afirmaba que tan pronto como se aprobaran los nuevos Presupuestos Generales del Estado, esas partidas económicas estarían recogidas. Han pasado los meses y los Presupuestos Generales del Estado de 2020 no existen, dado que se prorrogaron los de 2018, y resulta que ya se perdieron. No estaba Melilla para dejar de lado 14 millones, pero al final se volatizaron.
Y se volatizaron por culpa del Ministerio de Hacienda, departamento ministerial al que no le importó utilizar un sistema idéntico al que ha utilizado este año para aprobar el convenio de dotación de fondos para los mena, pero que, sin embargo, se negó a utilizarlo para la producción de agua y el hecho fronterizo.
Una vez explicado todo lo sucedido el año pasado nos vamos a este acuerdo del Consejo de Ministros de la jornada de ayer. Después de lo ocurrido en 2019, era normal que al Gobierno de Melilla no le llegara la camisa al cuello temiendo, a lo largo de todos estos meses, que no se produjera este abono. Sin embargo, a pesar de todos los requerimientos que hizo la consejera Dunia Almansoui desde el pasado mes de febrero, en todas las oportunidades que se le presentaron, tuvieron una luz de esperanza en mayo y una respuesta más concreta a finales del mes de junio o primeros del mes de julio. Varios meses preguntando y nadie decía nada, hasta que cuando se dijo que se cobrarían 25 millones de euros del fondo no reembolsable ya se avisó que en julio se tomaría el acuerdo del Consejo de Ministros. Se ha tardado tres meses más, pero al final ese dinero, que es de todos los melillenses, que no es una dádiva, ha llegado a Melilla para sus propias necesidades.
Una pugna dialéctica que ha llegado a su punto y final. Y no quedaba más remedio que explicar todo lo que ha sucedido en los últimos doce meses. Melilla ha recibido lo que le correspondía, lo que se consiguió con negociaciones con los Gobiernos del Partido Popular, tanto en tiempo de Aznar como en tiempos de Rajoy. Las explicaciones claras.