Esta ha sido una semana marcada por tres buenas noticias: la prórroga de la ‘solución Ibérica’ hasta 31 de diciembre, la aprobación de la Reforma de las Pensiones en el Congreso y la bajada al 3,3 del Índice de Precios de Consumo (IPC).
Cuando empezábamos a recuperarnos de la peor pandemia de la historia reciente, gracias al éxito de la vacunación y al mayor escudo social nunca antes desplegado en este país por el Gobierno de Pedro Sánchez, llegó la invasión de Putin a Ucrania y sus enormes consecuencias sociales y económicas que nos han golpeado de lleno a todos los países europeos.
Al igual que pasó con el Covid-19, el Ejecutivo socialista ha dedicado todos sus esfuerzos para proteger a las personas, a las empresas y a la economía de nuestro país y a seguir avanzando y modernizándonos para salir reforzados de estas crisis.
Unas medidas pensando en los ciudadanos, en garantizar su bienestar, en un contexto muy difícil y complejo, que han contado una y otra vez con el rechazo del PP. Un partido que ha contado con responsabilidades de gobierno en el pasado y que aspira a volver a gobernar y que, a pesar de ello, no solo no ha arrimado el hombro por el bien de los españoles, sino que no ha aportado ninguna solución, medida o propuesta. Se ha quedado en el no a todo.
Con respecto a la prórroga de la llamada ‘solución ibérica’ hasta el 31 de diciembre. España, Portugal y la Comisión Europea han acordado extenderla durante siete meses más de lo originalmente previsto, proporcionando así un seguro contra la incertidumbre y blindando a los consumidores de los potenciales precios excesivos que puede registrar el mercado eléctrico, derivados de las consecuencias de la guerra.
Y es que la ‘solución ibérica’ permite evitar el contagio de los precios del gas sobre la electricidad en España y Portugal y ya ha permitido un ahorro superior a los 5.000 millones de euros desde que se activó el pasado 15 de junio.
Una medida que ha contado siempre con la oposición del PP, a pesar de que ha tenido un enorme impacto y que ha servido para proteger a las familias y a nuestras empresas. Los populares hicieron una ciclópea campaña contra la medida tildándola de “timo ibérico” y su líder, Alberto Núñez Feijóo, el pasado septiembre no solo aseguró que, de llegar a La Moncloa, eliminaría esta medida sino que se preguntó “Siendo tan buena la excepción ibérica, por qué Europa no la quiere?”.
La medida ha sido efectiva y Europa sí la quiere. De hecho, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ponía solo un mes después como ejemplo el mecanismo adoptado por España y Portugal como vía para “reducir el precio de la electricidad” y proponía que se considerara introducir algo similar a “nivel europeo”.
Al hilo de lo anterior, tenemos otra muy buena noticia esta semana como es la bajada del IPC durante el mes de marzo hasta el 3,3%. Se trata de una gran caída respecto al dato de febrero, cuando se situó en el 6%, y es la cifra más baja desde agosto de 2021.
La bajada sostenida del precio de la electricidad, gracias a la ‘solución ibérica’ y al resto de medidas adoptadas por el Gobierno de Pedro Sánchez, como la bonificación a la gasolina o las rebajas de impuestos en muchos productos, ha sido clave para que la inflación española se sitúe entre las más bajas de Europa.
Medidas todas ellas que contaron con la oposición de los populares, que parece que solo están pendientes de defender los enormes márgenes de beneficio de una pequeña élite en detrimento de la inmensa mayoría de la sociedad.
Pero, si tengo que quedarme con una noticia esta semana, sin duda, es con la de la aprobación de la Reforma de las Pensiones en el Congreso. La norma blinda el poder adquisitivo de los pensionistas actuales y futuros. Una medida con la que el Gobierno del PSOE traslada a más de 8.000 pensionistas melillenses y a más de 11 millones en el conjunto del país que sus pensiones no solamente están garantizadas y mantienen su poder adquisitivo en el año 2023, sino que hay un marco extraordinariamente robusto de sostenibilidad.
Y es que esta reforma introduce la equidad y la sostenibilidad en el sistema, mejora la situación de las personas que tienen carreras irregulares, así como las pensiones no contributivas y las mínimas. Además, reduce la brecha de género en pensiones e introduce un mecanismo de equidad entre generaciones que beneficiará a los pensionistas futuros.
El PP, que parece tener especial inquina a nuestros mayores, no solo votó en contra de la subida histórica de las pensiones del 8,5%, que ha servido para que nuestros pensionistas no se empobrezcan en este contexto difícil marcado por la guerra en el corazón de Europa y sus consecuencias, sino que también han votado en contra de la reforma de las pensiones y de garantizar el poder adquisitivo de las pensiones a futuro.
El PP insiste en su rechazo a la reforma de las pensiones a pesar de que cuenta con el aval expreso dado por la Unión Europea. Este viernes el Vicepresidente de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, que forma parte del Grupo Popular Europeo para más señas y que no es precisamente sospechoso de ser ideológicamente cercano al PSOE, señalaba que esta reforma “va en la buena dirección” y defendía las medidas tomadas tanto por España como Francia “para asegurar la sostenibilidad de sus sistemas de seguridad social y de pensiones”.
Ya conocemos la fórmula del PP para las pensiones, consiste en subirlas un 0,25% cada año indistintamente de cuanto suba el coste de la vida y condenar de esta manera a nuestros mayores al empobrecimiento y a no poder asumir el encarecimiento de los precios.
Que el PP vaya a Europa a hablar mal de España y a tratar de evitar que se pongan en marchar medidas que contienen la inflación, que evitan la subida de la luz y del gas o que garanticen el incremento y viabilidad de las pensiones, solo por perjudicar al Gobierno Socialista, demuestra dos cosas. Una que están dispuestos a cualquier cosa con tal de llegar al poder, incluso a costa de dañar a millones de españoles. Y dos, que son un partido que no le importa perjudicar a su país por intereses electoralistas. Los hechos están ahí. El PP es un partido profundamente antipatriota.