Oxígeno Laboratorio Cultural tiene una cita muy importante esta tarde en el Salón de Actos de la UGR. El III Ciclo de Encuentros de Literatura Juvenil recibe a las 17:30 horas a la escritora barcelonesa Maite Carranza. La jornada dedicará su tiempo a hablar de la novela ‘Caminos de libertad’, publicada en 2016. Este volumen relata la historia de Alexia, una joven que va a descubrir que posiblemente su bisabuelo no murió en la guerra civil, sino que escapó. Al marcharse a un campamento, y lidiando con sus propios problemas personales y amorosos, Alexia investiga qué le ocurrió exactamente al padre de su abuela. ‘Caminos de libertad’ habla de amor, aventuras, historia y misterios. Contiene una trama con una enorme variedad de géneros.
–¿Qué es lo principal que se va a tratar esta tarde con su libro ‘Caminos de Libertad’?
–Es una reseña de los lectores, de los chavales que han leído la novela, formularán preguntas y me preguntarán por qué lo escribí, en qué momento, cuál es el proceso de escritura de esta novela y mucha más. Se hablará de los ejes de la historia que se cuenta, al fin y al cabo es un encuentro de lectores para hablar del libro.
–¿Este libro está dedicado a un perfil específico de lector? Porque usted ha escrito muchas novelas juveniles...
–Este libro está publicado dentro de una colección juvenil y eso implica que, preferentemente, es leído por jóvenes. Estas colecciones son útiles tanto para los lectores que las compran, las familias que los recomiendan y para los mismos profesores que escogen las lecturas en los centros educativos. Estos últimos deciden si tal libro es recomendable para tal edad, si tiene un vocabulario que se puede ser asimilado o que trata temas que puede interesar a los jóvenes y, además, los protagonistas de la historia son jóvenes.
–’Caminos de libertad’ tiene un par de vertientes: una sobre una historia de hace muchos años y otra más romántica, ¿a cuál le interesa más a los jóvenes?
–Con esto me he dado cuenta que hay dos tipos de jóvenes, los que se interesan más por una historia que por la otra. Están los más interesados en ellos mismos y sus circunstancias, con sus problemas personales y amorosos. Por otro lado, están los más curiosos por conocer más el pasado. He encontrado intereses por ambos lados y con una proporción muy parecida.
-Entonces, esta novela también invita a la reflexión sobre la historia...
–Naturalmente. La novela trata de una chica joven que recoge una historia familiar a la que al principio no le da ninguna importancia porque lo cuenta su abuela y considera que está siendo muy pesada. Sin embargo, poco a poco esto le sirve como excusa para acercarse al chico que le gusta. Al tirar de un hilo invisible, va acercándose a una realidad que desconocía, que es la de que héroes anónimos posibilitaron que personas inocentes escapasen de guerras a través de una frontera, la cual no lo es tanto porque se trata de los Pirineos. Hubo muchos exiliados de la República, la Guerra Civil o la Segunda Guerra Mundial, en la que esta última pasaron a España.
-¿Cree que hoy en día hay un parecido en las historias de los refugiados y migrantes cuando pasan las fronteras?
–Desde luego es un tema de actualidad. Cuando escribí el libro no lo era tanto, así que son cosas que no se predicen ni se saben. Desgraciadamente, pensamos que no va a pasar más y sigue siendo un tema de actualidad. Es triste pero es real, y es que hay temas que no pasan de moda.
–¿En qué se inspiró para escribir esta novela?
–El libro está basado en hechos reales. Está basado en las inscripciones que encontré en lo alto de un paso fronterizo que sirve como guía de comunicación, en el Puerto de Salau, en los Pirineos catalanes. Anualmente se produce un encuentro en la cima entre franceses y catalanes. Allí encontré testimonios en diarios y prensa que están recogidos en este paso en los que se relatan las huidas de muchas personas hacia Francia. Tirando de ese hilo, de esa huida masiva, encontré libros que se habían escrito sobre el paso de la Segunda Guerra Mundial. Había un camino que se habilitó gracias a la resistencia francesa y en la que colaboraron muchos españoles. Eran personas inocentes, amenazadas por los nazis, que querían salvar sus vidas. Eran perseguidos como lo estuvieron los judíos.
–Mirando más por su trayectoria como escritora, ¿cómo ha madurado Maite Carranza?
–Desde luego, he ido aprendiendo. Al principio, me dedicaba más a la literatura infantil y juvenil con historias más lúdicas y aventureras. Las historias más trágicas las reservaba para mis guiones de televisión. Hace unos 10 años aproximadamente, decidí que estas historias también podían ser relatadas en mis libros, pero que también fuesen dirigidas a los jóvenes. Por ello, en los últimos años he escrito novelas comprometidas con la realidad, la historia y con temas que no me hubiese atrevido antes. He ampliado mi campo de intereses y los géneros que escribo van dedicados sobre todo a los jóvenes, pero a los adultos también.
–¿Hay algún género literario que no haya tocado y desea hacerlo?
–Sí, me interesaba el género histórico, pero resulta que ya lo he tratado. No solo con ‘Caminos de libertad’, sino también con ‘Una bala para el recuerdo’, que también está inspirado en la Guerra Civil, concretamente en el año 1938. Además, este año se publicará ‘El aliento del dragón’ que se remonta al año 1868 o sea, ya he pasado al siglo XIX. En cambio, un género que no me interesa mucho es el de terror. Los temas de misterio y aventuras sí me llaman la atención, pero no el terror, pero todo se andará.
–Desconozco si ha estado en Melilla anteriormente para presentar otro de sus libros...
–Es la primera vez que visito la ciudad y me hace mucha ilusión. Ha sido una invitación muy sorprendente. De hecho, es una ocasión para conocer más de cerca mis orígenes porque mi padre nació en Tetuán y mi tía nació en Ceuta.