Destinar a personas a Melilla sigue siendo una especie de "castigo" que está mucho más extendido por la península de lo que se piensa en nuestra ciudad. Hace apenas unos días, el socialista Ángel Hernández, miembro del parlamento autonómico de Castilla-León y número 3 del PSOE en aquella región, amenazó supuestamente a los funcionarios de la Policía Nacional que lo detenían con mandarlos a Melilla, a modo de acogotarlos con un gran mal como sería tener que venir destinados a la ciudad.
Ángel Hernández fue arrestado como consecuencia de un supuesto caso de violencia machista cuando aporreó la puerta da la vivienda de su expareja queriendo entrar. Según consta en el atestado policial por boca de los testigos del suceso, Hernández comentó: "Quiero hablar con mi novia. La tengo que ver por las buenas o por las malas y esto no va a quedar así".
Cuando el lugarteniente del portavoz del PSOE en las Cortes, Luis Tudanca, iba a ser detenido, se resistió señalando a los agentes: "No sabéis lo que estáis haciendo. Soy aforado, no me podéis detener", señalaron las mismas fuentes. En ese mismo sentido, ya en Comisaría, el político insistió: "Voy a hablar con mis amigos para que os manden a Melilla, a los policías que me han detenido".
No es el único ejemplo reciente de ese "castigo" de tener que ser destinado a la ciudad. La exitosa serie "Amar es para siempre" que emite diariamente, de lunes a viernes, Antena 3 en su programación de tarde, también utilizó Melilla como una amenaza. El personaje de Carlos, un prófugo de la Justicia por deserción, es encarcelado en Madrid tras ser descubierto.
Con la intención de hacerle el mayor daño posible después de que denunciara los abusos a los reclutas en los cuarteles, las autoridades judiciales militares deciden trasladarlo a nuestra ciudad para pasar aquí el resto de su condena, algo que se interpreta como una manifestación de saña y castigo contra el prófugo, que finalmente sale de prisión por un indulto concedido por el mismísimo presidente del Gobierno de la época, el socialista Felipe González.
Estás cosas se piensan en la península,aunque no nos gusten ni queramos reconocerlo.Basta de esconder la cabeza bajo el ala..
AJAJAJAJAJAJAJAJAJA,
A melilla naaaa ma.
Que vileza practican estos indignos y serviles sujetos. Cuesta creer la existencia de este genero. Los que pueden remediarlo, que se tapen los oídos y vean películas de subgénero, como suele ser habitual en el mejoramiento de estos conceptos.
Pues este partido político debería recriminar públicamente tanto los hechos como esos comentarios.