El director de la Autoridad Portuaria local apuesta por flexibilizar la legislación y conjugar la inversión pública con la privada.
La Autoridad Portuaria de Melilla vuelve a ser objeto de un amplio reportaje en una de las principales publicaciones del sector, la revista Dirigentes. En esta ocasión, se ha ha destacado el potencial del enclave de la ciudad autónoma como motor de la economía local y su pionera conjunción entre la iniciativa pública y la privada para una explotación más eficiente de las instalaciones portuarias. Como ejemplo, se menciona la gestión de la Estación Marina, que actualmente dirige un consorcio de empresas.
En el artículo, se incluye la valoración que el director de la Autoridad Portuaria, José Luis Almazán, realiza sobre la actual situación que atraviesa el sector y sus principales posibilidades de futuro. En su opinión, los puertos funcionan como infraestructuras dinamizadoras del entorno en el que se encuentran, algo que en Melilla se hace notar más, debido a que sus reducidas dimensiones hace que el hinterland o zona de influencia abarque la práctica totalidad de la economía local. “Crean empleo, son la puerta de entrada y salida de viajeros y viajeros, constituyen una pieza clave en el turismo y son una ubicación estratégica para la ubicación de nuevas empresas”, afirmó.
No en vano, para Almazán hace falta una legislación “más flexible” para que los puertos puedan desarrollar todo su potencial. Según sus palabras, es esencial modificar aspectos, como la capacidad de ajustar las tarifas, para que los enclaves puedan ser más competitivos. “Aún queda mucho por hacer aumentar la eficacia del sistema. Hay que comenzar a estudiar nuevas fórmulas de concesión que impliquen una asunción de riesgos lógica. En el mercado existe financiación, por lo que es necesario establecer las herramientas necesarias para intervenir”, agregó.
Incremento del PIB local
En el caso concreto de la ciudad autónoma, el peso de las infraestructuras es tal que se calcula que su ampliación en 51 hectáreas aumentaría su PIB en un 14%, además de crear más de 5.000 puestos de trabajo durante los tres años de ejecución que duraría el proyecto.
Así pues, el potencial del enclave melillense vuelve a ser noticia en un medio del sector. Además de los aspectos mencionados, también se destaca el salto de calidad que ha dado el Puerto en los últimos años en aspectos como la innovación, la seguridad y el desarrollo de infraestructuras.
La expansión del enclave no es el único objetivo que persigue la Autoridad Portuaria a medio plazo, según se destaca en el reportaje. La intención es que se convierta en un punto de referencia para los cruceros. Para ello, este año se han rebajado las tasas de atraque para este tipo de embarcaciones entre un 20 y un 30%, con objetivo de que Melilla se convierta en un destino frecuente para este tipo de turismo. Para lo que resta de 2012, se calcula que llegarán a la ciudad unos siete cruceros más, además de los atraques que se están negociando.
Otro de los puntos a destacar es el desarrollo de nuevas líneas comerciales, no sólo con otros enclaves españoles, sino a nivel internacional. En este terreno, Almazán recordó que Melilla está pendiente de recibir el visto bueno de la Unión Europea (UE) para establecer una autopista marítima con la localidad francesa de Séte, haciendo escala en Cartagena.