A través de un vídeo difundido en Internet se muestra a Aarrás con el cuerpo lleno de moratones.
El belga-marroquí Ali Aarrás, nacido en Melilla y que cumple condena de 12 años en Marruecos tras haber sido extraditado desde España, denunció ayer en un vídeo los malos tratos a los que dice ser sometido en prisión. A las pocas horas de esta denuncia las autoridades penitenciarias han negado las acusaciones.
En un vídeo grabado con un teléfono desde lo que parece una celda de aislamiento, Ali Aarrás muestra su cuerpo lleno de moratones y denuncia con nombres y apellidos a los funcionarios de la cárcel de Salé que supuestamente lo han torturado.
A finales de agosto, Aarrás se declaró en huelga de hambre, por sexta vez desde su condena en 2012, en protesta precisamente por los malos tratos recibidos en prisión y después de que Amnistía Internacional diera notoriedad a su caso al presentarlo dentro de su campaña mundial Stop Tortura.
El vídeo fue difundido durante la jornada de ayer por el sitio web belga dhnet.be, y pocas horas después la Dirección General de Administración Penitenciaria (DGAP) lo descalificó en un comunicado como un medio de “engañar a la opinión pública” para “presionar a la dirección y poder introducir objetos prohibidos en la cárcel”.
La DGAP subraya por un lado el derecho de Aarrás a la integridad física y la dignidad, pero denuncia “este odioso engaño” y amenaza con perseguirlo en justicia por ello.
Aarrás fue detenido en Melilla en 2008 por su supuesta relación con una red de terrorismo islamista, por lo que la Audiencia Nacional española autorizó su extradición a Marruecos, tras el compromiso del Gobierno de Rabat de que no sería condenado a muerte ni a cadena perpetua