Melilla ha declarado la alerta de por rabia, tras la detección de un perro con esta enfermedad y de otro el pasado septiembre.
Hacía tiempo que no registraba en la ciudad ningún caso de rabia, el cierre de la frontera tenía mucho que ver , como ya habían explicado expertos a El Faro, pero por desgracia, volvemos a padecer este riesgo a la salud.
Desde hace meses, se viene denunciando en este medio la presencia de manadas de perros vagabundos que campan a sus anchas por algunas zonas de la ciudad. También se han publicado los testimonios de ciudadanos que se han visto rodeados y amenazados por estos animales. Tampoco es nuevo la falta de recursos de la Policía Local para hacer frente a esta situación. Solo hay un lacero en la ciudad.
Ahora, nos encontramos con una situación que pone en riesgo la salud pública. Se debería haber actuado con antelación. Se debería haber atajado la presencia de estos animales asilvestrados y tal vez nos hubiésemos ahorrado tener que declara ahora una alerta por un riesgo que prácticamente no existe en el resto del territorio nacional.