TRANSCURRIDA una semana del temblor de tierra que golpeó nuestra ciudad, los melillenses poco a poco vamos regresando a la normalidad.
A lo largo de estos días, El Faro ha recorrido los diferentes barrios de Melilla, documentando las consecuencias del seísmo de 6.3 grados en la escala Richter y las réplicas que se fueron registrando tras la primera sacudida. Muchos vecinos han abierto las puertas de sus casas a este periódico para permitirnos mostrar a los lectores los efectos del temblor de tierra en sus hogares. Algunos se han tenido que acostumbrar a convivir, y no sin temor, con las grietas que han arañado sus viviendas. Otros, en cambio, han podido cobijarse en domicilios de sus allegados. Asimismo, 38 familias han necesitado ser realojadas por la Consejería de Bienestar Social en algunos establecimientos hoteleros a causa de la gravedad de los desperfectos sufridos en sus respectivas moradas. Sobre estas personas, el vicepresidente primero de la Ciudad y consejero de Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, afirmó ayer que la intención del Gobierno local es que regresen cuanto antes a sus hogares. Para ello, señaló que se intentarán reparar lo más rápido posible los daños sufridos en sus casas. Aparte de las imágenes de los melillenses intentando ponerse a salvo después de los temblores, hay otra fotografía que simboliza las consecuencias de los temblores, y ésa es la de los embates padecidos por nuestro patrimonio arquitectónico. El Palacio de la Asamblea fue uno de los monumentos más castigados, tanto que el Gobierno de la Ciudad llegó a dar por perdidas las torres que lo rematan. Sin embargo, el vicepresidente Quevedo anunció ayer que ambas estructuras podrían salvarse, lo que sin duda constituye una gran noticia. El Faro conversó ayer con Alfonso Muñoz Cosme, subdirector general del Instituto del Patrimonio Cultural de España. Aunque admitió que los desperfectos han sido muchos, resaltó que son “limitados” y que ello los hace “reversibles” y “recuperables”. Por estas razones, aseguró que la recuperación de los símbolos de nuestra arquitectura será “rápida” y se logrará “al 100%”. Ahora, los melillenses esperan como agua de mayo las ayudas del Estado para afrontar los efectos del seísmo. Será entonces cuando el retorno a la normalidad sea completo.