Javier Mateo asegura que la negociación del contrato marítimo ha sido “intensa y dura” y confía en que los barcos funcionen ahora mejor
–El presidente ensalzó hace unas semanas su labor al frente del área de Turismo. No obstante, ha sido una legislatura complicada, especialmente los últimos años y en gran parte por el tema del contrato marítimo. ¿Cómo ha vivido esta etapa?
–Le agradezco al presidente obviamente que haya confiado en mi. Nos conocemos desde hace mucho tiempo y sabe como trabajo. Al margen de esto, lo que está claro es que sí ha sido muy duro, sobre todo los dos últimos años, no sólo por el contrato marítimo. En cualquier caso, ésta ha sido una negociación muy intensa y la verdad es que no salieron las cosas desde primera hora como tendrían que haber salido. Son negociaciones duras, siempre con el objetivo de conseguir lo mejor para la ciudad. Además, ha habido una parte política excesivamente dura, donde se han perdido un poco los valores de otros tiempos cuando la política se hacía de otra manera. Eso castiga a uno y a la sociedad porque se crispó muchísimo el discurso en la calle, en muchos casos por no informarse. Ha habido personas que han hecho una guerra de cualquier situación. Jamás un político va a hacer una negociación para perjudicar a la ciudad. Este asunto se ha sufrido, por ejemplo los datos de ocupación de mayo han sido malos, primero porque había unas elecciones, pero también por el contrato marítimo porque no había opción de comprar un billete, ni para ciudadanos ni para touroperadores.
–Y qué responsabilidad tiene la Ciudad y Javier Mateo en que este proceso se haya dilatado tanto en el tiempo.
–La Ciudad no tiene más responsabilidad que la de intentar mejorar la negociación. Aquí quien manda es Marina Mercante que depende del Ministerio de Fomento. Lo único que intentamos es transmitir las necesidades de los melillenses. Pero también es cierto que a veces da la sensación de que habría que hacer un contrato marítimo por persona. Lo que se ha conseguido, pues no estaba en mi quiniela que Trasmediterránea lo ganara. De hecho han tenido que explicarme el procedimiento porque era de un carácter ilógico que dos veces no se presentara con una cantidad económica muy importante, que tuvimos que hacer un esfuerzo y convencer al Ministerio para que diera más dinero y luego nos ponen los mejores barcos de su flota por una cantidad económica muy por debajo de lo que podríamos imaginar. A mi me tuvieron que explicar bien bien que eso no era una baja temeraria.
–Da la sensación, y permítame la licencia, de que a uno se le debe quedar cara de tonto cuando después de tanto negociar, de repente ponen sobre la mesa una oferta muy inferior a la primera. ¿Cómo se afronta esa situación?
–Cara de bobo, sí. Han estado castigando a la ciudad inmerecidamente, porque esa misma propuestas con esos barcos por una cuantía mayor les hubiera ido mucho mejor desde primera hora y no tendríamos que haber pasado ese año y medio que nos hemos comido todos, con una incertidumbre enorme y donde además ha habido un juego de venta no venta. Han sido maniobras internas de estructura empresarial que no creo que haya sido lo más acertado, porque en definitiva sus clientes son los melillenses, no el político y a quien han castigado ha sido a los melillenses.
–En cualquier caso, una vez que está adjudicado, lo único que queda es hacer borrón y cuenta nueva y sentarse a negociar, ¿no?
–Una vez que han ganado, no te queda más remedio que hacer todos los esfuerzos del mundo para llevarte lo mejor posible y sobre todo para conseguir los objetivos que queremos los melillenses. Temas como poner el bono pues no es tan sencillo porque les complica una gestión interna y es el doble de trabajo.
–Ya han surgido las primeras críticas sobre los barcos. ¿Qué puede hacer la Ciudad para exigir que se cumplan las condiciones del contrato?
–Es una competencia de Capitanía Marítima. Pero también hay que reconocer que la OPE provoca un desgaste en esta época, luego las condiciones no van a ser iguales porque tienen muchos más tiempos. Ahora mismo las dos navieras están haciendo un esfuerzo enorme para hacer frente a la demanda. Nosotros ya hemos transmitido las quejas que nos llegan, ellos están contestando, han cambiado las personas de la compañía y se está viendo una diferencia. Al menos están poniendo interés en solucionarlo, otros tiempos no fueron así.
–Entiendo que quizás no va a querer responder, pero da la sensación de que la apuesta de este Gobierno era que Armas se quedara con el contrato.
–No voy a decir cuál era mi jugada, primero por respeto a las compañías porque tengo que seguir trabajando con todas. Obviamente cada uno tiene su apuesta personal porque conoce los servicios que pueden ofrecer unos u otros, pero la demanda de los ciudadanos de Melilla está clara, fíjate si está clara que Motril sigue afianzándose en el mercado y eso ya dice mucho.