La Capitanía Marítima de Melilla, dependiente de la Dirección General de la Marina Mercante del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, ha iniciado en 2024 un total de 82 expedientes sancionadores contra embarcaciones de recreo y motos de agua. La mayoría de estas sanciones están relacionadas con infracciones de seguridad marítima, una cuestión que las autoridades han intensificado en los últimos años con el objetivo de garantizar una navegación responsable y segura en la zona.
El balance anual presentado por la Capitanía refleja, además, un aumento en los controles marítimos, lo que ha llevado a un incremento en las inspecciones y el seguimiento de emergencias. Durante 2024, los inspectores realizaron 37 inspecciones a buques y embarcaciones, tanto nacionales como internacionales, para comprobar el cumplimiento de la normativa vigente, el estado de los sistemas de seguridad y la documentación requerida.
En cuanto a emergencias marítimas, la Capitanía coordinó un total de 26 intervenciones en el mar, muchas de ellas relacionadas con rescates y asistencia a embarcaciones en peligro. Uno de los episodios más destacados tuvo lugar en diciembre, cuando una patrullera de la Armada Real marroquí encalló en la prolongación del Dique Sur de Melilla, en la frontera con Marruecos. La embarcación fue finalmente reflotada con medios marroquíes, en una operación supervisada por Salvamento Marítimo de España.
El informe también recoge otras actuaciones llevadas a cabo por la Capitanía, entre ellas las inspecciones a centros de formación marítima y empresas radio instaladoras, así como controles en estaciones de balsas salvavidas y evaluaciones de los exámenes de practicaje. Estas medidas tienen como objetivo mejorar la seguridad en el tráfico marítimo, garantizando que todas las embarcaciones y profesionales del sector cumplan con la normativa vigente.
Otro de los aspectos destacados en el balance de 2024 es el crecimiento en el número de embarcaciones de recreo registradas en la base de datos de mega-yates. Durante el año pasado, 35 nuevas embarcaciones se incorporaron a esta base, lo que confirma el auge del turismo náutico en Melilla. El puerto de la ciudad se ha convertido en un destino atractivo para este tipo de embarcaciones, que requieren infraestructuras específicas y servicios adaptados a sus necesidades.
El aumento en el número de expedientes sancionadores a embarcaciones de recreo y motos de agua podría estar relacionado con la entrada en vigor de nuevas normativas en España que buscan mejorar la seguridad en la navegación. Recientemente, se han endurecido las regulaciones para el uso de motos de agua, estableciendo zonas restringidas, requisitos de seguridad más exigentes y limitaciones en la velocidad de navegación. Según un informe publicado por ABC, estas medidas pretenden reducir el riesgo de accidentes y garantizar la convivencia entre embarcaciones y bañistas.
Las nuevas restricciones han generado un incremento en las sanciones, ya que algunos propietarios de motos de agua desconocían o no han cumplido con las reglas establecidas. La Capitanía Marítima de Melilla ha reforzado la vigilancia para garantizar que todas las embarcaciones cumplan con los requisitos de seguridad. Además, el aumento de los controles responde a una estrategia más amplia para proteger el medio ambiente marino, evitando prácticas que puedan causar contaminación o daños en las aguas de la ciudad.
Desde el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible se ha subrayado la importancia de seguir avanzando en la regulación del tráfico marítimo, con el objetivo de garantizar una navegación más segura y sostenible. La apertura de estos 82 expedientes sancionadores pone de manifiesto la necesidad de reforzar la concienciación sobre la normativa vigente y fomentar un uso más responsable de las embarcaciones de recreo.
Las autoridades prevén que en los próximos meses continúen los controles en el puerto y en las aguas cercanas a Melilla, con especial atención a las embarcaciones de recreo y motos de agua, que han sido el principal foco de sanciones en 2024. Con la vigilancia reforzada y las nuevas normativas en vigor, la Capitanía Marítima seguirá trabajando para mejorar la seguridad en la navegación y evitar incidentes en la costa melillense.