El mediocentro reconoce que le gustaría contar más, pero que tan sólo quiere trabajar y convencer al míster. Asegura tener paciencia y esperar su momento, que puede llegar este domingo ante la Balona.
Alí Diakité tiene apenas 23 años. Los cumplió el pasado mes de marzo, pero no los aparenta. El centrocampista, de 1,80 m de altura y natural de Costa de Marfil, es todo un ejemplo de madurez y profesionalidad. Lo demuestra a diario, llegando de los primeros al estadio y apareciendo por él siempre que hay jornada de descanso para el resto de sus compañeros.
Después de jugar un papel clave en la salvación del equipo la pasada temporada, en el actual curso ha visto frenada su progresión con la reconversión del ‘capi’ Nando de la Rosa al mediocentro. Un poco eclipsado por el peso del sevillano en las alineaciones, Diakité ha seguido trabajando incansable para volver a gozar de minutos, y esta semana es uno de los claros favoritos para suplir al de San José de la Rinconada (sancionado) en la medular. Así lo ha expresado en la rueda de prensa de ayer.
“Físicamente me encuentro muy bien, pero mi situación es algo complicada. De todas maneras, nadie me puede quitar ni la ilusión ni mis ganas de jugar al fútbol. Con toda la plantilla me llevo bien, pero estoy compitiendo en el mismo puesto con un jugador como Nando, que es un gran profesional, y estoy esperando a que me toque mi oportunidad”. El costamarfileño aseguró que recibe el apoyo de Uribe, porque según le cuenta “cuando un jugador está tanto sin jugar, la mayoría bajan los brazos”, y es por esta razón que el míster –como él mismo ha reconocido en público- le guarda un gran aprecio. Diakité es un diez como profesional y como persona.
El pivote defensivo comentó que guarda esperanzas por jugar con más regularidad, pero que la gente que le conoce sabe que es un chaval paciente, tranquilo y que siempre está dispuesto para ayudar. “Si Dios lo quiere, y con la baja de Nando, es posible que el domingo juegue. Yo estoy preparado para ayudar al equipo y sumar, ya que todos queremos traernos los tres puntos”.
Preguntado hasta en dos ocasiones si andaba buscando equipo ante la falta de minutos, Alí ha comentado que él ahora mismo es jugador de Melilla, y que observa el apoyo “tanto de la directiva, como del club, del presidente, del gerente, etcétera”.
Explica que situaciones como la que está pasando él “son normales en el fútbol”, y que “cuando te tocan, sólo puedes hacer las cosas bien y esperar que el míster acabe confiando en ti”, dijo.
Aseguró que no se plantea cambiar de aires porque confía en sus posibilidades y capacidad de trabajo. “Yo ya demostré cuando llegué lo que tenía, así que no tengo ningún miedo. La gente me dice que esté tranquilo”, ha expresado.
Sobre el partido del domingo, que se disputará en La Línea frente a la Balona, asegura que se enfrentaran a “un muy buen equipo, que juega muy bien a la pelota, especialmente con sus futbolistas de arriba”. Confirma que la intención de la U.D. Melilla es sumar de tres en tres, porque “últimamente las cosas se han puesto algo difíciles, pero hay que seguir con el trabajo realizado desde principios de la pretemporada”.
El centrocampista africano cree “que se está trabajando muy bien en los entrenamientos”, así que confía volver de tierras gaditanas con los tres puntos en la buchaca. “Aún así, si no conseguimos los tres, al menos tenemos que sumar un punto y hacer un partido completo”.
“Físicamente estamos bien, y dentro del vestuario no sentimos la presión de nadie (de fuera). Sabemos donde está el Melilla, de dónde venimos. No somos un equipo como el Barça, somos más parecidos a los del ‘Cholo’, que presionan arriba fuerte, así que el vestuario es quien sabe cuando los partidos salen bien o mal”, concluyó el jugador de la escuadra local que podría tener sus minutos en el choque del domingo.