l El ministro aseguró que ya han facilitado a Rajoy un informe sobre la función de esta alambrada.
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, aseguró ayer que las concertinas instaladas en la vallas fronterizas de Melilla y Ceuta con Marruecos son elementos de seguridad que tienen un efecto disuasorio y que provocan “heridas leves” a aquellos que intentan sobrepasarlas.
Tras una vista con su homólogo italiano, Angelino Alfano, al centro de operaciones de la Guardia Civil, Fernández Díaz subrayó que las concertinas son una medida “no agresiva”, cuyo objetivo es impedir la entrada ilegal de inmigrantes a España y, por tanto, a la Unión Europea.
El ministro del Interior aseguró, además, que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tiene ya en su poder un informe sobre estos elementos de seguridad y que ahora están a la espera de conocer su valoración. No obstante, Fernández Díaz apuntó que el jefe del Ejecutivo central conoce este asunto porque fue ministro del Interior.
Hay que recordar que el presidente del Gobierno dijo el viernes que en declaraciones a Radio Nacional que que iba a solicitar al Ministerio un estudio sobre si la concertina puede afectar a las personas. Ante la pregunta del entrevistador sobre si estaría dispuesto a retirar las cuchillas en caso de que se demuestre que suponen un peligro para la integridad física de los inmigrantes, Rajoy señaló que es algo que “tendrá que ver”. “No quiero poner la vida de nadie en peligro, todos somos seres humanos”, aseveró el presidente.
Por su parte, Fernández Díaz indicó ayer que las concertinas se usan también en otros lugares como los perímetros de los cárceles y en organismos internacionales como el Banco Central Europeo o el Parlamento europeo.
“Las vallas tanto en superficie como en altura que están instaladas en Ceuta no las ha inventado este Gobierno y con esto no estoy criticando a ningún gobierno”, insistió el ministro.
Además, a juicio del titular de Interior, son más graves las consecuencias para un inmigrante de caer desde lo alto de una valla, unos siete u ocho metros, que el de intentar superar una concertina.
“Esa es la realidad y dicho esto, en la defensa de los derechos humanos nadie nos va a ganar”, añadió Fernández Díaz, antes de volver a reiterar que estos elementos están “estandarizados en su uso, son pasivos y no son agresivos”, al tiempo que tienen como finalidad impedir el negocio de las mafias de la inmigración irregular.
Unas mafias que, según el ministro del Interior, están siguiendo “muy directamente” esta polémica, pues les interesa el resultado.
“Ellos no tienen escrúpulos. No piensan en derechos humanos sino en el negocio que tienen con personas que legítimamente se ven obligadas a buscar una mejor vida en otros países”, añadió.