El vigilante aseguró que evitó que saliera del establecimiento y el abogado defensor no cree probado que intentara robar. No se presentó al juicio por el que viene acusado de robar en el Zara hace dos años. Según la acusación, un hombre con un carrito de bebé intentó llevarse del establecimiento prendas por valor de 445 euros, pero fue interceptado en la puerta por el vigilante de seguridad, quien ya había sido advertido de que en la planta de caballero faltaban prendas.
El vigilante de seguridad que entonces trabajaba allí declaró que cuando interceptó al acusado hubo un rápido forcejeo. El hombre soltó las bolsas y salió corriendo con el cochecito de bebé. Aseguró que en las bolsas estaban las prendas de vestir que supuestamente iban a ser robadas. El testigo afirmó que cuando interceptó al acusado, éste dijo: “Yo no soy ningún ladrón”.
El segundo testimonio no fue más esclarecedor. El agente de Policía Nacional aseguró ante la juez de lo Penal número 1 de Melilla, que en la grabación de la cámara situada en la entrada del establecimiento únicamente se veía a “un hombre que deja una bolsa en el suelo y se va”. El hombre del vídeo quedó identificado como el acusado.
Sin embargo, estos testimonios no fueron concluyentes para el abogado defensor, quien aseguró que no ha quedado probado que la intención de su cliente fuera la de abandonar la tienda con la bolsa llena de ropa sin pagar. De hecho, puso de relieve que la caja y la salida del Zara están en la misma planta y enfrentadas entre sí, por lo que, cuando el acusado fue interceptado por el vigilante de seguridad no se puede determinar que la intención fuera salir de la tienda. El caso quedó visto para sentencia.