El acusado pidió al juez que le fraccionara la multa y éste accedió al abono de 30 euros en cuatro meses. Un vecino del Industrial fue condenado ayer a una multa de 120 euros por una falta de amenazas, después del acuerdo de su abogado defensor con la Fiscalía. Los hechos ocurrieron el pasado 1 de septiembre en la calle Álvaro de Bazán cuando el acusado estaba orinando en la vía pública. Un viandante le afeó su conducta y éste respondió sacando un cuchillo de cocina.
Tras conocer las condiciones económicas del acusado, el juez le propuso abonar la multa en tres plazos, pero este vecino melillense le pidió un plazo mayor, por lo que, finalmente, pagará los 120 euros en cuatro meses a razón de 30 euros mensuales.
Así concluyó el juicio celebrado ayer en el Juzgado de lo Penal número 2 de Melilla, aunque el acusado, una vez conoció el acuerdo con la fiscal, momentos antes, no dudó en bailar literalmente por los pasillos del juzgado.
“El último cartucho”
Este juicio no fue la única anécdota de la jornada de ayer. Un hombre de avanzada edad se enfrenta a la pena máxima por un delito contra la salud pública y era la sexta vez que se aplazaba su juicio. A pesar de los intentos de su abogado de convencerle del ventajoso acuerdo alcanzado con la fiscal, 3 años y dos días de prisión, el acusado se negó y se arriesgó a un nuevo aplazamiento, dada la incomparecencia del guardia civil que debía acudir como testigo. “Vamos a quemar el último cartucho”, le aseguró a su abogado, mientras que al juez le dijo que así tenía más tiempo “para prepararse”. Sin embargo, no habrá más prórrogas y el próximo día el juicio se celebrará aunque el acusado insista en hacerse el sordo ante el juez, como ocurrió ayer, pese a que con el abogado habló en los pasillos normalmente.